jueves

El coste de las becas

Una carta recogida en El País de hoy:

España invirtió en mí casi diez millones de pesetas y ahora lo está aprovechando otro país

ANÓNIMO * (HISTORIAS DE LOS LECTORES) - Costa del Pacífico de EE UU - 29/09/2010

"Estudié toda mi vida con becas. Eso, dicho así, parece una frase hecha, pero no. Estudié toda mi vida con becas, que significan -entre otras cosas- dinero de todos los contribuyentes. Con 14 años, el estado empezó a pagarme 14.000 pesetas anuales a modo de beca para materiales. Tengo 31 años, así que hablamos de 14.000 pesetas del año 1993. Desde los 17 me becaron con 32.000, con lo cual para cuando acabé el instituto el Estado había ingresado en mi cuenta 92.000 pesetas contantes y sonantes.

Entré en la Universidad y también tuve becas, nunca tuve que pagar ni una sola matrícula. A una media de, pongamos, 75.000 pesetas por curso, eso hacen 375.000. Además, recibí una beca escolar que, de media, eran unas 150.000 pesetas anuales: 750.000 en los cinco años. En quinto de carrera tuve, además, una beca de colaboración de mi Departamento. Se suponía que era para aprender investigar, pero lo único que me enseñaron fue a cargar carretillas de papel para la fotocopiadora, hacer funcionar la fotocopiadora y cambiar el tóner de la fotocopiadora. Me pagaron 23.000 pesetas al mes, diez meses. Total hasta aquí 1.447.000 pesetas. Unos 8700 euros.

Recibí cuatro becas diferentes para hacer el doctorado. La primera que acepté era de una fundación que me pagaba cuando le parecía oportuno, no me daba recibos del pago y, además, me metió en líos con Hacienda. En cualquier caso, seis meses a 600 euros, 3600 euros. Poco tiempo después recibí otra con patrones que me timaron en menos aspectos. No me contrataron, pero me hicieron firmar dedicación completa. Trabajé para ellos bajo la miserable forma de una beca: di clases, publiqué en revistas, hice estancias de investigación... pero días cotizados, cero. 800 euros al mes, 36 meses, 28.800 euros en total. A eso hay que sumar tres estancias de investigación en prestigiosos centros del extranjero, a digamos 1200 euros de subvención cada una. Esto ya parece el 1, 2, 3... 41.100 euros de todos los españoles. El último año, por fin, los becarios de investigación conseguimos que se nos hiciera un contrato. A la hora de firmarlo, te daban un papelito donde tenías que firmar que renunciabas a tu baja maternal, en caso de quedarte embarazada. Eso sí que son políticas de conciliación y lo demás cuentos. Nos daban, por primera vez, paga extra. Se la llevó Hacienda, pero la sumo igual. Doce meses, catorce pagas, a 1100 euros, 15400 euros, 56.500 en total.

Ahora viene la pirueta. Después de seis años trabajando para la Universidad, había cotizado un año. Cobré el paro y envié currículos. 630, mi madre lo recuerda bien. Durante mis dieciséis años en el mercado laboral español tuve los empleos más diversos además de la Universidad: guía turística para la tercera edad, traductora de manuales deportivos, profe particular, manufacturera -que no diseñadora- de bolsos y abalorios, dobladora de anuncios de radio... Que no se diga que no lo intenté en varios campos.

Lo intenté con todas mis fuerzas. Me agarré a la tierra de Asturias con pies y manos. Estuve un año en el paro, con una carrera, un máster, un doctorado, cuatro idiomas y dispuesta a trabajar de lo que saliese... pero no salió nada. En unos estaba demasiado formada, en otros no daba, literalmente, la talla -hasta para dependienta de tienda de ropa de adolescentes me presenté-, así que decidí emigrar. El camino fuera de Europa no es sencillo: veo a mis padres por Skype, mi presencia empieza a borrarse de los recuerdos de mis amigas -"¿todavía vivías aquí cuando pasó eso?"- y suplico a las alturas que el señor de inmigración no se quede con mi barra de turrón de Suchard y mis latas de bonito en aceite cuando vuelvo, siempre antes de Reyes, a incorporarme a mis clases en una estupenda Universidad de la soleadísima costa estadounidense del Pacífico. Lo más triste es que soy feliz aquí, a pesar de que veo la tristeza inmensa en los ojos de mis padres.

En resumen, España invirtió en mí, directamente, casi diez millones de pesetas, además de la formación universitaria, y ahora lo está aprovechando otro país: un lugar donde me siento un miembro útil y productivo de la sociedad. El problema más grande es que mi caso no es único. De mis quince compañeros del doctorado, solo dos están trabajando en España, en condiciones lamentables, eso sí, en la Universidad. Solo en nosotros, solo en nuestro pequeño rinconcito de la sala de becarios con sus palomas anidadas en una ventana, el Estado español tiró a la basura 130.000.000. Ciento treinta millones de pesetas que estábamos deseando revertir a la sociedad en aquello para lo que nos habíamos formado, pero no nos resulta posible. Trabajamos un tiempo gratis, mucho tiempo sin contrato, muchas más horas que una jornada estándar, sin sanidad, sin derecho a baja maternal, sin derecho a paro y, sobre todo, sin derecho a quejarnos. Porque éramos unos privilegiados, la creme de la creme de la intelectualidad que iba a llevar a España a cotas nunca antes conocidas. Y eso último es lo único cierto. Somos la generación que va a llevar a España a cotas nunca antes conocidas de desesperación, de frustración, de angustia, de parturientas añosas, de abuelos que van a tener que aprender chino o inglés para preguntarle a sus nietos -por skype- de qué color es la bici que piden a los Reyes Magos en casa de los abuelitos y que les va a llegar por correo."

* Este lector ha pedido expresamente que no facilitemos su nombre.
-oOo-

Pues creo que está explicado perfectamente...

sábado

Frases para el fin de semana

Unas frases para meditar y sonreír durante el fin de semana. No he puesto los autores dado que la misma frase la he encontrado atribuida a varias personas diferentes, con lo cual intentad vosotros mismos deducir quien la pronunció en base al estilo de la misma.

Ø No le tengo miedo a la muerte, es sólo que no quiero estar ahí cuando me suceda.

Ø A los médicos es a quienes mejor les va: sus éxitos andan por ahí, y a sus fracasos los entierran.

Ø La vejez no es mala si considera uno la alternativa.

Ø El dinero no da la felicidad, pero procura una sensación tan parecida, que necesita un especialista muy avanzado para verificar la diferencia.

Ø ¿Es sucio el sexo? Únicamente si se hace bien.

Ø Seguramente, existen muchas razones para los divorcios; pero la principal, es y será el matrimonio

Ø Mi cerebro es mi segundo órgano favorito.

Ø El sexo sin amor es una experiencia vacía. Pero como experiencia vacía es una de las mejores.

Ø La última vez que estuve dentro de una mujer fue cuando visité la estatua de la Libertad.

Ø La última voz audible antes de la explosión del mundo será la de un experto que diga: es técnicamente imposible.

Ø ¿No es usted la señorita Smith, hija del banquero multimillonario Smith? ¿No? Perdone, por un momento pensé que me había enamorado de usted.

Ø Nunca olvido una cara, pero contigo haré una excepción.

Ø ¿Alguna vez fueron al baño en una fiesta, tiraron la cadena y el agua del inodoro comenzó a subir? Es el momento más aterrador en la vida de cualquier ser humano.

Ø La mayor frustración es cuando uno sabe todas las respuestas, pero nadie le hace la pregunta.

Ø Me emborraché para olvidarte, ¡pero ahora te veo doble!

Ø Error de Windows. – “Windows no puede bloquear el sistema.”

Ø Lo malo de hacer sugerencias inteligentes es que uno corre el riesgo de que se le asigne para llevarlas a cabo.

Ø No soy un completo inútil, por lo menos sirvo de mal ejemplo.

Ø La inteligencia me persigue pero yo soy más rápido.

Ø Hay un mundo mejor, pero es carísimo.

Ø No estoy en contra de que haya mujeres feas, pero ¿por qué todas viven en esta cuidad?

Ø Las niñas buenas van al cielo y las malas a todas partes.

Ø Pitágoras inventó los corpiños para que los senos no se escapen por la tangente.

Ø No te tomes la vida en serio, al fin y al cabo no saldrás vivo de ella.

Ø Lo triste no es ir al cementerio sino quedarse.

Ø Hay dos palabras que te abrirán muchas puertas: “tire y empuje”.

Ø Lo importante no es ganar sino hacer perder al otro.

Ø ¿Saben cual es la diferencia entre un hombre inteligente y uno sabio? Que el inteligente sabe lo que dice y el sabio sabe cuando decirlo.

Ø Algunos matrimonios acaban bien, otros duran toda la vida.

Ø Después de los 60, todos pertenecen al sexo débil.

Ø El matrimonio es como las libretas de ahorro: de tanto meter y sacar se pierde el interés.

Ø El negocio más expuesto a la quiebra es el de la cristalería.

Ø Hazlo bien y no mires con quién.

Ø La inactividad sexual es peligrosa, produce cuernos.

viernes

Timo por SMS

La Guardia Civil tiene una interesante página en facebook en la que puedes comentar delitos conocidos por tí o ponerte al día de los últimos timos y estafas inventados por los "malos".

De los que he estado leyendo este no lo conocía:



SMS avisando de cargo en nuestra tarjeta de crédito.


"Siguiendo con los engaños para obtener numeraciones y datos de tarjetas de crédito, cabe citar el engaño del cargo en nuestra tarjeta.


Es una práctica cada vez más extendida entre las entidades bancarias, el envío de un mensaje SMS, prácticamente al instante de efectuarse un pago con la tarjeta. Esta medida de seguridad que implanta la entidad bancaria que tiene asociada la tarjeta, nos permite descubrir cuando utilizan nuestra tarjeta de forma fraudulenta.


Así, ya no nos extraña cuando recibimos el mensaje. Pero ¿y si recibimos un mensaje alertando de un cargo que no hemos realizado? ¿Nos alarmaríamos? ¿Sabríamos que hacer? Imaginemos que recibimos un mensaje informando de un cargo de unos 1000/3000 € que no hemos realizado, y que en el mensaje nos indica que si no estamos de acuerdo, podemos llamar al teléfono de contacto que aparece en el cuerpo del mensaje. ¿Llamaríamos inmediatamente o perderíamos tiempo en buscar el teléfono de nuestra entidad bancaria para ponernos en contacto con ellos?

Creo que la mayoría llamaríamos. Y entonces oiríamos la alocución de una centralita telefónica que se identificaba con nuestro banco, y que nos haría pulsar teclas para identificar nuestra tarjeta de crédito, la fecha de caducidad, el CVV2 y el pin, en espera de oír que la operación ha sido cancelada y que no nos quitan el dinero de nuestra cuenta. Por fin, después de haber facilitado nuestros datos a un sistema informático, respiraríamos tranquilos satisfechos de haber evitado que nos robaran nuestro dinero. Estamos preparados para un engaño a través de un email, pero no lo estamos para uno a través de SMS.


Podemos preguntarnos ¿Cómo saben mi teléfono y mi entidad bancaria? Eso será tema para la alerta tecnológica de mañana. Y… ya sabéis, denunciad o informad siempre que podáis en GDT. Entre todos haremos una red más segura."


Hay un montón más de explicaciones sobre estafas y timos actuales, muchos de ellos desconocidos. Os animo a visitar esta página o su equivalente en Tuenti, o Twitter. Es interesante y puede servirnos para estar avisados.

Publicidad con doble sentido

Copiado al pie de la letra de : GeeksRoom


Para nadie es un secreto que el sexo vende y los publicistas lo saben muy bien, pero debido al número de leyes y restricciones morales, no siempre se puede ser explicitos en las publicidades, para ello recurren al “doble sentido”. Publicidades que muestran una cosa pero que puede interpretarse de otra forma, casi siempre con tintes eróticos.

Luego del salto, te presentamos quince publicidades que juegan con el doble sentido, algunas son muy evidentes, otras no lo son a simple vista…










































Por supuesto, hay publicidades que se pueden tomar en doble sentido sin que el pautante se lo haya propuesto, para el ejemplo dos casos:









jueves

El mito de Pandora y Prometeo

Un artículo de la contraportada del diario "El Mundo" de hoy, me lleva a recordar el mito de Prometeo, héroe de la antigua mitología griega y Pandora, la primera mujer.

La fábula del mito de Prometeo nos presenta a un pobre desgraciado, titán de segunda generación, hijo de Jápeto y la oceánide Asia o de la también oceánide Clímene. Ni siquiera está claro quien era su madre (su padre bueno, pero ¿su madre…?) en fin, a lo que vamos: los titanes, fueron derrotados por los jóvenes dioses olímpicos (nada que ver con la selección) al mando de Zeus. Este venció tras una larga lucha en la "Titanomaquia" (‘Guerra de los Titanes’) y encerró a los Titanes que se le habían enfrentado en el Tártaro.

Prometeo fue un gran benefactor de la humanidad. Urdió un primer engaño contra Zeus al realizar el sacrificio de un gran buey que dividió a continuación en dos partes: en una de ellas puso la piel, la carne y las vísceras, que ocultó en el vientre del buey y en la otra puso los huesos pero los cubrió de apetitosa grasa. Dejó entonces elegir a Zeus la parte que comerían los dioses. Zeus eligió la capa de grasa y se llenó de cólera cuando vio que en realidad había escogido los huesos. Desde entonces los hombres quemaron en los sacrificios los huesos para ofrecerlos a los dioses, pero la carne se la comen. Indignado por este engaño, Zeus privó a los hombres del fuego. Prometeo decidió robarlo, así que subió al monte Olimpo y lo cogió del carro de Helios o de la forja de Hefesto y lo consiguió devolver a los hombres.

Para vengarse por esta segunda ofensa, Zeus ordenó a Hefesto que hiciese una mujer de arcilla, llamada Pandora, con figura de encantadora doncella, semejante en belleza a las inmortales, llena de gracia y sensualidad, y a quien le fue concedido el dominio de las artes relacionadas con el telar y poder adornarse con diversos atavíos. A Hermes le encargó Zeus sembrar en su ánimo mentiras, seducción y un carácter inconstante, con el fin de configurar un "bello mal", un don tal que los hombres se alegren al recibirlo, cuando en realidad estaban aceptando un sinnúmero de desgracias. Zeus le infundió vida y la envió a Epimeteo, el hermano de Prometeo, en cuya casa se encontraba la caja que contenía todas las desgracias (plagas, dolor, pobreza, crimen, etcétera) con las que Zeus quería castigar a la humanidad. Epimeteo se casó con ella para aplacar la ira de Zeus por haberla rechazado una primera vez a causa de las advertencias de su hermano Prometeo para que no aceptase ningún regalo de los dioses. Pandora terminaría abriendo la caja tal y como Zeus había previsto y todos los males escaparon, quedando sólo en el fondo de la caja la esperanza.

Zeus se vengó también de Prometeo e hizo que le llevaran al Cáucaso, donde fue encadenado por Hefesto. Zeus envió un águila para que se comiera las entrañas de Prometeo. Siendo éste inmortal, se curaba completamente cada noche, y el águila volvía a comérselas cada día. Este castigo había de durar para siempre, pero Hércules pasó por el lugar de cautiverio de Prometeo de camino al jardín de las Hespérides y le liberó disparando una flecha al águila. Prometeo fue así liberado, aunque debía llevar con él un anillo unido a un trozo de la roca a la que fue encadenado.

Los poemas presentan de distinta forma la introducción en el mundo de todos los males por Pandora. En "Teogonía", el poeta la presenta como la primera de entre las mujeres, que en sí mismas traen el mal: en adelante, el hombre debe optar por huir del matrimonio, a cambio de una vida sin carencias materiales, pero sin descendencia que lo cuide y que mantenga su hacienda después de su muerte; o bien casarse, y vivir constantemente en la penuria, corriendo el riesgo incluso de encontrar a una mujer desvergonzada, mal sin remedio.

Es, evidentemente, una fábula de la mitología griega, pero a veces me pregunto cuánto de verdad filosófica hay en ella. Creo que demasiada.

(La mayor parte de la información obtenida de diversas entradas de la Wikipedia)

lunes

Quedando mal

Mi mujer tiene un gran amigo en la oficina. Debería decir, siguiendo la moda actual, que es su “marido del trabajo”. Está casado, tiene dos críos (uno de la edad del peke, con el que se lleva de maravilla) y hemos quedado muchas veces las dos familias para pasar el fin de semana, etc. Es un tío muy majo.

Aunque a veces no le entiendo. Me hace quedar mal. Es tan servicial, tan correcto, tan dispuesto que te deja en evidencia a ti. No es justo…

El otro día mi mujer quería comprarse un traje para el curro que tenían en los grandes almacenes más conocidos del centro comercial que hay junto a su lugar de trabajo y al que había echado el ojo hacía tiempo. Su precio la había disuadido hasta el momento, pero de repente por aquello del fin de temporada, etc. estaba marcado al 50%. Eso ya pudo más que ella y fue derechita a por él. Se lo probó y la chaqueta bien, perfecta, pero los pantalones… tenían la talla inferior y superior a la que ella necesitaba, pero justo la suya se había acabado. Aún así compró la chaqueta con la intención de, cuando pudiese, pasarse por otro centro de esos grandes almacenes, y buscar su talla de pantalón. Si no, devolvería la chaqueta dadas las grandes facilidades que aquí te dan para las devoluciones.

No ha habido lugar. Dos días después, el sábado por la tarde, este amigo la llamó al móvil para decirle que había salido de compras con su mujer, y al pasar por el centro comercial, se había acercado a la sección de señoras para ver si estaba la talla correspondiente de esos pantalones. La había y la tenía comprada para que no se terminaran. Mi mujer se puso feliz pues al fin había conseguido su traje al 50%.

Pero creo que me miró de reojo con un reproche mudo diciendo algo así como “Aprende…” “Fíjate en cómo debe comportarse un tío como dios manda…”

¡¡Pero por dios!! ¿Dónde se ha visto un tío de pelo en pecho (o depilado a la moda, pero tío) que recuerde el modelito que su amiga quería comprar, que se acuerde de que faltaban por encontrar los pantalones, que sepa que talla tenía que adquirir, que se vaya un sábado por la tarde a comprarlos, que adelante el dinero y que además, tenga la iniciativa para hacer todo esto…?
Claro, después de ese despliegue uno queda a la altura del betún. Si es que los hombres ya no son lo que eran, joer.

La próxima vez que nos veamos vamos a tener una seria charla, de las de hombre a hombre, cara a cara… Y le llevaré unas braguitas de lencería fina de regalo a su mujer. Por joder(le). A él.

domingo

Más descoloques

A pesar ser su progenitor, convivir diariamente con él, llevarle y traerle del cole (con un largo trayecto en coche) sigue logrando descolocarme con bastante facilidad. No sé si será por ser yo un inocentón, o confiado, o crédulo, o… No sé. Ni idea. Pero lo consigue. El peke.

Diego tiene unas salidas que me dejan “fuera de juego” con gran facilidad. Ahora está loco por el fútbol. No sabe jugar, ni hablar ni pensar en otra cosa y la verdad, no entiendo de dónde le viene. En casa no había visto ni un partido… Bueno, a lo que voy. Ha comenzado el colegio esta semana y obviamente intentamos que nos cuente lo que hace, etc. Pues no logramos que nos hable nada más que de los entrenamientos de fútbol, los goles etc. Ya harto, el otro día le dije que me contara algo de lo que hacía que no fueran los entrenamientos, algo de lo que hiciera el resto del día. Se queda pensando en plan “Vickie el Vikingo” y me suelta, feliz:
“En el recreo he jugado al fútbol”.
Fenomenal, hijo, fenomenal.

Nos ha contado como es la distribución física de su clase. Las mesas, individuales, están colocadas en forma de U frente a la pizarra y la mesa de la profesora. Su sitio, elegido por él, está, como es fácil de adivinar, en la esquina inferior de la U, en el ángulo más alejado de la profesora. Toda una declaración de principios, vamos. A sus dos amigos del alma, vecinos de pupitre el primer día, al tercero los habían cambiado ya “Porque no supimos aprovechar la última oportunidad de callarnos que nos dio la profesora…”
¿Última oportunidad el tercer día de clase? ¡Pues sí que empezamos bien!

Intentando rentabilizar su pasión futbolera, le prometí que si estudiaba, se portaba bien y sacaba buenas notas, visitaríamos el museo de trofeos del Real Madrid y asistiríamos a algún partido en el campo. Se puso loco de alegría. Al día siguiente, meditativo, intentó aclarar los términos de la promesa:
“¿Tengo que sacar buenas notas en todo, o vale con que las saque en algunas aunque otras sean malas…?”
¡¡Pero tío, si estás en primero de primaria, llevas una semana de colegio, no te han mandado aún ni deberes… ¿y ya estás pensando en catear algunas?!! ¡¡Joder que futuro más negro me espera…!! (Y a él por cierto)

Esta tarde, era el cumpleaños de su abuela, mi suegra (perdón, mamá "política" –del PP o más a la derecha, por lo menos-) y hemos pasado el día en su casa. Ha coincidido con su prima favorita, a la que saca 8 meses, y con la que se lleva genial. Como el jardín de la casa es grande pero no está vallado, de vez en cuando hay que echar un ojo para que no se vayan lejos. En un momento de la tarde vemos que han desaparecido. Nos levantamos varios a buscarlos y a los pocos minutos aparece mi mujer con ellos. Nos volvemos a sentar en la larga charla de sobremesa y cuando la atención se ha diluido en otros temas, mi mujer, susurrando, me dice:
“¡¡Estaban en la habitación de S., en el sofá, y se estaban besando en la boca!! Y como no me han oído llegar, cuando he abierto la puerta, tu hijo del susto ¡se ha caído al suelo…! Le tienes que explicar que con su prima eso está mal”.
Bueno ¿habéis tomado nota del “tu hijo” y del “le tienes”? ¿Y yoo? ¿Por qué yo? Si sólo soy su padre. Además ¿Quién no ha tenido una maravillosa prima con quien comenzar su aprendizaje? Aunque los 6 años me parece precoz, pero en fin. Veremos cómo abordo mañana el tema… ¿Se podrá hilar de alguna manera con el fútbol?

jueves

Lencería para espias (cuidado mujeres infieles)

A través del blog "Ubuntu y algo más" tengo conocimiento de un nuevo producto japonés que, al parecer, está dando que hablar mucho en la red: ¡¡Unas bragas con GPS!! (http://forgetmenotpanties.com/).

Las frases promocionales con que te intentan enganchar en la home del producto no tienen desperdicio:

- ¿Preocupado por si tu mujer te es infiel?

- ¿Quieres saber dónde está tu hija de madrugada?
- ¿Necesitas conocer cuando aumenta la temperatura de tu novia?

¡Este asombroso dispositivo dará respuesta a todas sus inquietudes! ¡Estas bragas pueden proporcionarle su posición, y además su temperatura y ritmo cardiaco, y ella nunca sabrá que el dispositivo está allí! A diferencia de los incómodos cinturones de castidad del pasado, estas bragas son de algodón 100 %, y usan la tecnología de vanguardia para ayudarle a proteger lo que más le interesa.

Y los testimomios, supongo que como todos serán inventados, ya no dejan lugar a dudas del uso que proponen para estas bragas-espía:

Mi esposa y yo nos casamos hace tres años. El invierno pasado comencé a sospechar que me engañaba. Me desesperaba pensar en ella con otro hombre. En un acto de desesperación compré estas bragas, y estoy contento de haberlo hecho:
Resulta que ella se acostaba con su compañero. Iba a un hotel cercano a su oficina casi todos los días laborables.
La controlé y con el software de "pantyMap" tracé un mapa durante varias semanas, y posteriormente lo confronté con ella.
"Forgetmenotpanties" me salvó de un desgraciado matrimonio. Conseguí el divorcio, y tengo registros para mi abogado que demuestran que ella era culpable del engaño.

¡¡Temblad mujeres infieles, la tecnología os descubrirá!!

El precio es algo carillo, pero creo que si le dan la publicidad necesaria, se van a forrar a venderlas. Pero ¿como regalarle algo de lencería a tu mujer sin que automáticamente desconfíe del presente? La cosa se está poniendo difícil. Y cuanto esto lo apliquen a los gayumbos... va a ser cosa de ir sin ropa interior.

Pero, para cuando las cosas van bien, tenemos esta otra opción que puede ser más divertida. (gracias Dina):

Digo yo que llevando tú el mando a distancia, las situaciones pueden llegar a ser verdaderamente interesantes...

miércoles

"Una gran operación de marketing"

Ha sido una gran estafa, lo reconozco. Pero no se ha notado, lo hemos hecho muy bien.

El movimiento de liberación de la mujer, creado indudablemente por un grupo de mentes masculinas privilegiadas , ha dado sus frutos. Hoy en día, gracias a ellos, hemos logrado avances inimaginables hace unos pocos años.

Por ejemplo, ya no pesa sobre nuestros hombros exclusivamente la responsabilidad de los ingresos económicos del hogar, no. Ellas también salen fuera a ganarse el pan con el sudor de su frente y nosotros nos podemos relajar algo más, dormir más tranquilos y con menos responsabilidad, mientras disponemos de más tiempo libre.

Han renunciado a contemplar el crecimiento de sus hijos día a día, de una forma cercana, junto a ellos, para cedernos parte de ese privilegio mientras ellas se van al trabajo y así,hemos podido descubrir la paternidad, el placer de jugar con los niños, el de asistir a su descubrimiento del mundo en lugar de verlos solamente dormidos al llegar a casa por la noche.

Como les hemos vendido que no quieren ser menos, han aprendido a utilizar la taladradora, la llave inglesa y el destornillador liberándonos así de esa parte del fin de semana dedicada obligatoriamente al bricolage y a las reparaciones. Ya son capaces de hacerlas por sí mismas.

Saben conducir y les hemos dicho que las estadísticas muestran que son conductoras más seguras, por lo que también se chupan el atasco y dejan a los niños en el colegio, mientras, a la vez, las convencemos de que el coche pequeño se aparca mejor.

Saben ir a las reuniones de vecinos de la comunidad de propietarios a pegarse con quien haga falta, al taller para convencer al mecánico de turno de que el coche hace “bumba, bumba” cuando cambias de marcha, (evitándonos el ridículo a nosotros), y si intentas llevarles el bulto que más pesa, se ofenden, y nos dejan una más liviano, etc., etc.

También fuimos capaces de inventar los métodos anticonceptivos, a fin de conseguir llevarlas al huerto la mayor cantidad de veces posible, bajo el lema del amor libre, de la propiedad de su cuerpo y del derecho a disfrutar. Ese fue, realmente, un buen trabajo.

Incluso hemos conseguido convencerlas de que la igualdad (término que dotamos de una carga de “deseo de consecución”) no se lograría hasta que accedieran a los empleos más peligrosos o más penosos de realizar: minería, construcción, manejo de maquinaria pesada, limpieza de calles, etc. Y allí están ellas sin vacilar, desempeñando esas difíciles tareas que si no, nos seguirían tocando a nosotros realizar.

Convencerles de esta igualdad ha sido un trabajo que ha requerido tiempo.

Incluso hemos tenido que fichar a una serie de nosotros para que ofrecieran resistencia al cambio y ellas lo percibieran como algo aún más deseable. Estos sacrificados, insultados permanentemente, a los que les llaman a voz en grito machistas, han hecho mucho por la causa. Les debemos mucho los demás, pero su sacrificio ha merecido la pena. Y poco a poco lo vamos logrando. Accedemos a placeres que hasta ahora nos estaban vedados, a conocimientos y sensaciones desconocidas para nosotros, la mayoría de ellas en el interior de tu cómodo hogar, mientras ellas salen a partirse la cara ahí fuera.

Ha sido un gran invento y quizás una de las mejores operaciones de marketing de la historia: únicamente había que convencer a la mitad de la población mundial, de que esto es más deseable. Y lo hemos logrado.

lunes

De Algeciras a Madrid

El año 1982 perdura en mi mente por varios motivos. Fue el año del mundial de fútbol de España, de infausto recuerdo. También cuando El PSOE ganó sus primeras elecciones a la UCD de Adolfo Suárez. Igualmente en ese año tuvo lugar la Guerra de las Malvinas entre Argentina e Inglaterra (yo iba con Argentina, pero perdimos. No quiero banalizar algo que costó muchas vidas humanas, pero mis simpatías, independientemente de la razón que no sé donde se encontraba, estaban con Argentina). Fue el año del Totus Tuus (o tontus totus, como también decían).

Ocurrieron muchas cosas, si. Pero yo lo recuerdo sobre todo porque coincidió con mi año de “mili”. Todo el añito 1982 me lo pasé vestido de verde y con el pelo rapado. Pero no se preocupen, esta no es una historia de la “puta mili” como reza la conocida viñeta.

Recordaba el otro día algo que me sucedió al comienzo de un permiso. Me habían colocado para sufrir el servicio militar, después de finalizar el campamento en el Ovejo, de Córdoba, en un pueblo de Cádiz, a tomar por saco de casa. Para volver cuando tenía oportunidad, la mejor alternativa era desplazarte hasta Algeciras y tomar un tren que salía sobre las 9 de la noche y llegaba a la mañana siguiente a Madrid. Era un tren que contaba con sus propias leyendas. Iba repleto de marroquíes que se desplazaban desde su país, después de cruzar el Estrecho, hasta Madrid, para seguir viaje a la noche siguiente hasta Hendaya. Decía la sabiduría popular, el burdo boca a boca de la mili, que no era muy seguro desplazarse solo en este tren pues los marroquíes se solían tomar la revancha en los militronchos de a pie, de las “ofensas” que en Ceuta les infligían los legionarios, etc. ¿Verdad? Supongo que no, pero esto iba más allá. Contaban incluso que a alguno lo habían tirando del tren en marcha. Como solución para cuando tenías que viajar solo, te informaban de que debías comprar tu billete barato, de segunda, y ya en el tren, dar una propina al revisor para que te pasara a primera clase que, por precio, estaba libre de “peligros”. Y de leyendas (¿las propagarían los revisores?).

Así que aquella vez, así lo hice. Tras la propina, el revisor me acomodó en un compartimento de primera en el que se encontraban ya un par de amigas extranjeras, de unos cuarenta y tantos o cincuenta años, y que no hablaban ni papa de español. Mejor, porque no tenía ganas de hablar con nadie. Llevaba mucho sueño acumulado y toda mi intención era dormir. Dormir todo el viaje y llegar fresco a Madrid, para aprovechar a tope el corto permiso (todos los permisos son cortos por definición).

Cuando la hora pareció apropiada, hicimos tres camas: cada asiento, de una textura como la pana y de color verde, se deslizaba hasta quedarse horizontal y el de enfrente hacía lo mismo con lo que lograbas una perfecta superficie para dormir. Yo tenía siempre un sueño muy profundo del que era difícil despertarme. Sin embargo, aquella vez en el tren algo me espabiló. En la oscuridad del compartimento noté como la extranjera más cercana a mí, que dormía en paralelo, pero contrapeada, ¡¡me estaba metiendo mano!! Primero a través del pantalón del uniforme y más tarde buscando la cremallera para acceder al interior del pantalón, su mano hizo un buen trabajo. No sé donde estaba su otra mano, no me molesté en buscar, aunque con algo de imaginación... Tampoco di señales de haberme despertado. Era algo nuevo, distinto, diferente, desacostumbrado… no sabía como reaccionar y a pesar de la edad, tampoco tenía mucho mundo. Como no sabía qué hacer, dejé hacer. Y posteriormente, me dormí. No estuvo mal la experiencia, la verdad. Quizás desaprovechada, pero…

Al despertar todos a la mañana siguiente, nada parecía haber pasado. Ni siquiera una mirada o una sonrisa. Fue mucho más cómodo así.

Reconozco que hoy día, con añoranza y más experiencia, por más que me hago el dormido, no pasa nada.

La mili no fue una experiencia positiva, pero aquel 1982 tiene, ciertamente, algún recuerdo bueno.

domingo

El Barça fulminado (0-2)

Esto no es un blog de fútbol, vaya eso por delante.

La verdad, y como ya he dicho en varias ocasiones, no me gusta el fútbol, aunque de ir, mis simpatía irían por el Real Madrid. Hace pco le insinué a Diego que me iba a pasar al Barcelona F.C. porque tiene a la mayoría de los jugadores a los que, hace dos meses escasos, animábamos sin parar y nos hicieron campeones del mundo. Pero no pudo ser. El peke, con 6 años, me amenazó con ¡¡echarme de casa!! (Pues sí que empieza pronto...)

Así que continuaremos siendo suavemente "merengues" y disfrutando de ocasiones inesperadas como la de ayer, cuando el Barça cayó fulminado por un rayo... de Hércules.

(Ya, ya sé que es un chiste malo y que los rayos eran de Júpiter, pero la ocasión y la foto, las pintaban calvas...)

...y para todo lo demás...

Hay días que te traen regalos inesperados, que son habitualmente los mejores. Y cuando son cosas como las del anuncio de TV, cosas que el dinero no puede pagar, saben mejor aún.

Ayer me regalaron un día de diversión, sin parar, con mis hijos. Un día al aire libre, con risas continuas, carcajadas, juegos…

Resulta que el peke tiene un compañero del cole del que es inseparable: M. Ambos llegan a ser pesados con su apego al otro. Esto nos ha ido forzando, a que uno pase un día, una noche o un fin de semana en casa del otro y a comenzar una relación con los padres del amigo: unas cañas, algún día a comer, una salida de fin de semana…

Ayer nos llamó el padre de M. Trabaja como máximo responsable de uno de los parques acuáticos más grandes de Madrid y nos invitada a un “privado”: El parque cerró al público el fin de semana anterior y ayer, con todos las instalaciones aún perfectas (quiero decir, sin “preparar” para pasar los rigores del invierno) pudimos pasar el día allí. Con las mejores atracciones funcionando sólo para nosotros. ¿Sabéis el lujazo que es tener todos los toboganes, juegos, etc. para usarlos una y otra y otra vez sin gente, sin esperas, sin colas? Lo habitual, un día cualquiera del verano, es esperar unos 40-60 minutos para poder usar un tobogán, por ejemplo; ayer era una cadena sin fin. Subir y bajar imparablemente. En todas las modalidades: "Y ahora todos juntos", "ahora vamos de la mano", "ahora haciendo el “trencito”...

Yo me lo pasé muy bien, pero mis hijos, los tres, vivieron un día inolvidable. No me acuerdo de haberlos visto reírse, juntos, con sus amigos, tantas veces, tanto tiempo. Fue enormemente divertido. Y además se sentía una sensación muy especial. Por una vez éramos de los “elegidos”, de esos que pueden disfrutar de algo escaso y raro y encima dar envidia a los demás. (Y, reconozcámoslo, eso también tiene su puntito).

Le estoy muy agradecido a M., el padre de M. (J ) por esa oportunidad. Algo que no puedes hacer pagando, algo que no se puede comprar con dinero y que, sin embargo, fue verdadera vida de ricos (Esto no es un anuncio de una tarjeta de crédito, que conste). Un parque con aforo de 6.000 personas, para un total de 6 papás y 8 hijos. Y todo a tu disposición. Y vaya si lo aprovechamos. Hoy todo son agujetas y dolores, porque fue extenuante. Pero irrepetible (aunque, sinceramente, sí que espero repetirlo).

viernes

Limpieza por horas

Mi primera mujer, con la que conviví durante casi doce años, tenía alergia al polvo doméstico. En todas sus acepciones, por cierto.

Mi actual esposa, mucho más trabajadora, no tiene alergia, pero tampoco tiene tiempo para hacerlo. (Limpiar el polvooo, malpensadoooos)

Como consecuencia, tenía dos opciones: o sumar a mis tareas caseras también la limpieza del polvo, o ahorrar y contratar una asistenta por horas. ¿Adivináis cual escogí?

Cierto, cierto. Me pudo el espíritu de ahorro. Quien piense que fue por vaguería yerra como un bellaco…

El contratar una asistenta siempre ha sido una aventura. Es alguien que va a estar en tu casa cuando no estás tú, y tiene que ser alguien de confianza por lo que sueles recurrir al boca a boca, preguntando a amigos y vecinos hasta localizar a alguien que ya sea conocido (es decir, que tenga referencias y recomendaciones de un entorno cercano), tenga horas libres y su precio sea asequible.

Mi casa ha sido un verdadero desfile de gente. Y de nacionalidades. He viajado por todo el mundo sin moverme de mi sofá. He conocido culturas foráneas y experimentado algunas costumbres un tanto “extrañas” para mí.

Una, (omitiré los países de origen, pues no creo que tengan nada que ver con el comportamiento individual) no usaba más agua que el de fregar el suelo. En su casa no debía ni de abrir el grifo. Era tal su olor corporal que cuando llegábamos a casa, varias horas después, todavía podíamos percibir el “aroma” en el ambiente.

De otra tuvimos que prescindir al encontrarnos, encima de la encimera de la cocina, un presente que, supuestamente, había olvidado sin intención: un tarro de café con orina. Se excusó diciendo que era para un análisis y que se lo había olvidado. Pero que queréis que os diga, imposible para mí continuar con esa persona, dado que mi imaginación se ponía en marcha y…

El hambre es mala cosa, por supuesto. Pero si además de pagarte las horas, te comes el contenido de mi frigorífico, no está bien. No pasa nada si te tomas una coca cola o similar, pero darte un banquete, a mesa puesta, en horas de trabajo y a costa de mi nevera no me parece adecuado. Se tuvo que marchar.

Igual que aquella que lograba que todos los billetes de banco, de curso legal (vulgo dinero) que estuvieran por la casa, por muy escondidos que se encontraran, desaparecieran. Cuando hablamos los miembros de la familia y nos pusimos al corriente (al principio piensas: lo habrá tenido que coger mi mujer, o mi hija o mi marido…) tuvimos que tomar la decisión.

También tuvimos una que trabajaba bien. Era rápida y aseada. Su único defecto era que no tenía con quien dejar a su hija adolescente y se la llevaba con ella. Pero la “niña”, en lugar de ver la TV, o hacer los deberes, se dedicaba a llamar por teléfono a todas sus amigas. Cuando no había tarifas planas con el adsl ni leches. Pagabas religiosamente cada llamada. Al igual que la anterior, cuando descubrimos que ni mi esposa ni yo teníamos amantes al que llamábamos a extrañas horas, hablamos con la señora y confesó. Lamentándolo mucho tuvimos que prescindir de ella.

Todo lo contrario que otra, que era la responsabilidad y la conciencia personificadas. Era una mujer pequeñita pequeñita pero muy activa, todo un manojo de nervios. Y cada día le cundía más. Era increíble. Al final descubrimos que recientemente se había podido traer a sus padres desde su país, y que para que no se aburrieran se los llevaba a limpiar. Mientras ella “hacía la casa”, la madre planchaba y el padre limpiaba los cristales. Con esmero y buen hacer. Recuerdo que con esta chica vi., los dos sentados en el sofá y con la misma incredulidad, la caída de las torres gemelas el 11-S. Fue la que más tiempo estuvo con nosotros y se fue cuando encontró un trabajo en una tienda.

Ha habido muchas más, con muchas más anécdotas. De la que tenemos ahora hablaré otro día pues merece un epígrafe propio. Pero el principal punto en común de todas ellas, es que han sido mayores y feas. Aclaro, aunque no creo que sea necesario, que siempre fueron elegidas por la “señora de la casa”.

jueves

Con las cosas de comer…

El peke está en plena época de cambio de dientes. Se caen los de leche, salen los definitivos (los definitivos reales, porque los refinitivos se los fabricará el odontólogo dentro de unos años), viene el Ratoncito… en fin, lo normal.

Ayer, su madre, muy concienzuda, le llevó al dentista para revisar el crecimiento de los nuevos dientes, concienciarle de la necesidad de lavárselos con la frecuencia necesaria (no hay forma de convencerle y en cuanto te descuidas se escaquea) la forma de hacerlo, etc.

En la revisión le encontraron dos caries. La caries es, realmente, una enfermedad infantil según os explicaron. La dentista propuso arreglarlas sobre la marcha. Le explicaron a Diego en que consistía la reparación, como se hacía, etc. Ni corto ni perezoso dijo que él no abría la boca. Le aseguraron que no le iba a doler, le volvieron a explicar paso a paso todo el proceso, le comentaron lo divertido que iba a ser tener la boca dormida al final, incluso hablaron por teléfono con su mejor amigo, quien ya tiene experiencia en el tema y este le aseguró que no le iba a doler.
Diego en sus trece: "Yo no voy a abrir la boca".

Después de perder 30 minutos intentando convencerle por las buenas y por las malas, mi mujer, frustrada, se volvió con el niño y sus caries. Fue imposible. No hubo forma. Durante el camino de vuelta le amenazó con todos los males del infierno si no se sometía al bienhacer de la odontóloga (se nota que aún es un niño: yo, por esa dentista, me dejaba hacer lo que quisiera…). Nada. Incluso le aseguró que el Ratoncito no acudiría a su cita, ya que justamente también ayer se le había caído otro diente. Ningún efecto.

Finalmente tuvimos que recurrir a los grandes remedios. Este año, por elección del peke, una de las extraescolares a la que está apuntado es “Fútbol”. Tiene pasión, locura, por este deporte. Le explicamos que todos sus compañeros iban a empezar a entrenar, que cogerían los puestos y que él se iba a quedar fuera. Que hasta que no terminara con el dentista, no habría fútbol.

Tenemos cita dentro de tres días. Y con prisa, porque no ha sido posible conseguirla antes. Según Diego, había reflexionado sobre todo lo que le habíamos dicho de la salud, etc. y le habíamos convencido, porque llevábamos razón. Pero "¿podría jugar al futbol el mismo día en que iba al dentista…?"

miércoles

Las cosas como se deben llamar

En estos tiempos de eufemismos, donde lo elegante y políticamente correcto es llamar a las cosas por cualquier nombre largo, bonito y poco descriptivo, es un soplo de aire fresco encontrar lugares donde las cosas son lo que parecen y su nombre es… su nombre.

Este verano he pasado unos días en un pueblo de la provincia de Zamora. Además de los nombres familiares (motes genéricos para una familia completa) que te permiten localizar rápidamente a quien sea, me ha encantado el nombre de las calles.

Plaza; porque es la plaza del pueblo.Y punto.
Camino derecho de Toro: porque por allí, “to tieso” se llega a Toro.
Camino derecho de Salamanca: ídem a Salamanca.
Calle de la iglesia: en la que está la iglesia.
Calle del teatro: porque está el teatro.

Lógico. Sin embargo, la que más me ha llamado la atención ha sido una calle situada entre las calles de las “Damas” y la de “Las Monjas”. Se llama “Abrazamozas”. Indagué y la explicación también es sencilla: en un determinado lugar, la calle se estrecha tanto que para pasar, si van dos personas, es necesario abrazarse, y a ser posible, a la moza correspondiente.

Pues eso, lógico,

domingo

Sentimientos

Que difícil es ser consecuente con tus decisiones.
Armonizar deseos, anhelos, deberes y obligaciones.
Que raro es que podamos aunar lo que el corazón siente,
con lo que la mente manda.
Que duro renunciar a lo que quieres, a quien quieres,
porque no puede ser, porque es imposible, porque dañas a mucha gente.
Pero el amor no es para siempre y sin embargo
la familia, los hijos… se crean, nacen con la perspectiva de ser, de crecer en un entorno permanente.
Falta de amor, discusiones, desencanto, desilusión, ausencia de anhelos, carencia de expectativas, eso es lo que aportamos a nuestro entorno cercano.
Tristeza.
Y sin embargo creemos que cumplimos con lo que debemos porque continuamos allí mientras nuestro corazón sangra, sufre y padece la ausencia del ser amado.
La melancolía nos puede, nuestro malestar es patente, pero intentamos poner al mal tiempo buena cara.
Creemos que logramos engañar a todos pero nuestra infelicidad se manifiesta en cada acto, cada respuesta y cada gesto.
Contagiamos la desesperanza, sembramos discordia y tristeza pero creemos que hacemos lo mejor.
Cuando lo que nuestro corazón quiere lo que no puede ser, lo que no nos dejan, lo que se mantiene sin convertirse en realidad, se enquista el sentimiento y se convierte en utopía.
Sin el desgaste de la convivencia, sin el día a día, sin las miserias que salen a flote cuando veinticuatro horas al día estamos con alguien, ese ser amado conserva flamante su brillo, su encanto y su esplendor, perseverando en nuestro cerebro como algo maravilloso, mágico, a lo que tuvimos que renunciar.
Y su imagen se engrandece.
Nada puede competir contra ello. Es superior a todo y su perfección avasalla a la cruda realidad diaria.
Cuando eso pasa, cuando tu corazón grita ¡vete!, y tu mente, tus circunstancias, tu entorno, te hacen quedarte, sufres. Todos sufren.
Y quien hasta ese momento ha compartido tu vida, en silencio asiste a tu lucha, contempla su futuro y llora en silencio. El destino le depara vivir sin ti, a quien ama, o vivir contigo sabiendo que tu alma está con otra persona, que su querencia sería estar en otro sitio y con otra compañía.
Y no sabe que elegir.
Y sufre.
Y llora.
E intenta vivir.
Aclaración: A todos los miembros de mi familia, familia política y amigos que se han dirigido a mi sobre este tema, les aclaro que únicamente es un ejercicio de escritura sobre una anécdota que me contaron. No es, repito, no es una experiencia personal ¿Aclarado? ¿Y qué hacéis vosotros leyendo mi blog, cotillas?