Estos días, en la televisión, promocionan algún programa relacionado con la fiesta nacional del 12 de octubre y con Colón. Me ha llamado la atención la respuesta de una chica, entrevistada en la calle, que preguntada sobre el significado de la fecha responde, con tono acusador “una masacre”. También el conocido ¿showman? ¿escritor? ¿gay? (no sé realmente por cuál faceta es más famoso) Boris Izaguirre, contesta con una boutade, especialidad de la casa, del estilo de “les recibimos con las tetas al aire y como los españoles no habían visto una mujer desnuda…”. Tontería aparte, “Les recibimos”. Nosotros. "Los españoles no habían”. Ellos.
Es una utilización curiosa de las personas de los verbos, pero es muy significativa. Y totalmente extendida. Por circunstancias diversas, he trabajado con personas de toda Centro y Suramérica –salvo Argentina y Méjico– y ese uso del “Nosotros” contra el “Ustedes-Ellos”, la he encontrado en los naturales de todos los países, excepto quizás en Cuba.
Lo que quiero transmitir es la extrañeza que me produce la desvinculación del personal con el descubrimiento-conquista del nuevo continente, sobre todo por parte de personas con piel blanca, ojos claros y ancestros evidentemente europeos. Se produce una neta identificación con el indígena oprimido, esclavizado y exterminado. No voy a entrar en si los españoles fueron mejores o peores que los representantes de otros países. Supongo que todo lo bueno y malo realizado fue hijo de su tiempo, de aquellas costumbres, creencias y leyes y sería realmente estúpido mirarlo con los ojos y valores de hoy.
Sin embargo hay algo que siempre he pensado. Si yo estoy aquí, en España, es porque mis padres vivieron aquí. Y mis abuelos, y mis bis, tatara, etc.abuelos. Se quedaron. Se conformaron, o les faltó el valor, o la codicia, o el espíritu, o la necesidad de emigrar al nuevo mundo y siguieron regando con su sudor las tierras de labor que, desde siempre, habían trabajado.
Pero ¿y la herencia genética europea de estas personas a las que me refería? Por supuesto no les viene a través de inseminación artificial, con lo cual deben de contar entre sus antepasados a algunos de esos “conquistadores”, que se cepillaron a las indias, y que les transmitió la mezcla de rasgos que hoy les configura.
“Sus” abuelos y no “Los” míos, que se quedaron aquí. Por eso no entiendo el tono acusador sobre lo que “hicieron ustedes”. Quinientos años después, si todavía hay que buscar culpables, que lo dudo, lo seremos todos; por herencia, beneficio, silencio, complicidad o lo que sea, pero todos. No admito el distanciamiento para señalarme con el dedo. Es injusto, es tonto, es inculto.
Es una utilización curiosa de las personas de los verbos, pero es muy significativa. Y totalmente extendida. Por circunstancias diversas, he trabajado con personas de toda Centro y Suramérica –salvo Argentina y Méjico– y ese uso del “Nosotros” contra el “Ustedes-Ellos”, la he encontrado en los naturales de todos los países, excepto quizás en Cuba.
Lo que quiero transmitir es la extrañeza que me produce la desvinculación del personal con el descubrimiento-conquista del nuevo continente, sobre todo por parte de personas con piel blanca, ojos claros y ancestros evidentemente europeos. Se produce una neta identificación con el indígena oprimido, esclavizado y exterminado. No voy a entrar en si los españoles fueron mejores o peores que los representantes de otros países. Supongo que todo lo bueno y malo realizado fue hijo de su tiempo, de aquellas costumbres, creencias y leyes y sería realmente estúpido mirarlo con los ojos y valores de hoy.
Sin embargo hay algo que siempre he pensado. Si yo estoy aquí, en España, es porque mis padres vivieron aquí. Y mis abuelos, y mis bis, tatara, etc.abuelos. Se quedaron. Se conformaron, o les faltó el valor, o la codicia, o el espíritu, o la necesidad de emigrar al nuevo mundo y siguieron regando con su sudor las tierras de labor que, desde siempre, habían trabajado.
Pero ¿y la herencia genética europea de estas personas a las que me refería? Por supuesto no les viene a través de inseminación artificial, con lo cual deben de contar entre sus antepasados a algunos de esos “conquistadores”, que se cepillaron a las indias, y que les transmitió la mezcla de rasgos que hoy les configura.
“Sus” abuelos y no “Los” míos, que se quedaron aquí. Por eso no entiendo el tono acusador sobre lo que “hicieron ustedes”. Quinientos años después, si todavía hay que buscar culpables, que lo dudo, lo seremos todos; por herencia, beneficio, silencio, complicidad o lo que sea, pero todos. No admito el distanciamiento para señalarme con el dedo. Es injusto, es tonto, es inculto.
soy nicaraguense, Cristobal llego en 1502, y he escuchado sobre esta polemica,creo que deberian de aprender de lo que a ocurrido atras y valorar; yo personalmente reconozco que hay tanto legado, tanta mezcla, que es de sentirse orgulloso y mas por que hablo castellano.
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