martes

Hoy es 23 de diciembre

Sí, hoy es 23 de diciembre. Han empezado las vacaciones en los colegios, hemos cenado con los compañeros de trabajo, las felicitaciones están enviadas, el árbol y el nacimiento puestos, la lotería no ha tocado, ya nos hemos gastado la extra en comida y juguetes. Llega la Navidad.
Heraldos de luces callejeras, rebajas y comerciales televisivos nos la vienen anunciando desde hace mucho tiempo. Pero hoy es la víspera de la Nochebuena. Hemos traspasado ya la línea de salida con los niños de San Ildefonso. Ha comenzado ese periodo que a lo largo de una vida tiene distintos significados.

Cuando niño, es un tiempo mágico. Vacaciones, decorar la casa, comidas y cenas con toda la familia, acostarse tarde, ir a los sitios típicos y ver qué ha instalado este año El Corte Inglés. Aprender a tocar la zambomba escupiéndote en la mano y levantar dolor de cabeza con la pandereta, coger un cólico de tanto turrón. Y, al final, la mejor noche de todo el año. La noche de Reyes…

Pero creces y te vas transformando en un adolescente. Te aburre estar en casa, no soportas a tu familia e intentas escaquearte de todas las comidas, cenas y demás coñazos. Lo de decorar la casa se lo dejas a tu madre y a los pequeños. Todo lo demás te causa hastío. Sólo esperas emocionado el momento de tus primeras fiestas nocturnas con tus amigos. Esas a las que se va elegante y duran toda la noche. O su alternativa económica, la fiesta que monta algún colega en casa. Da igual, el caso es escaparse y convivir lo menos posible con ese plastazo de familia que te ha tocado.

Te echas novia –aunque nunca se ha llamado así, ¡por dios!- y empiezan las primeras dudas sobre si subir a cenar o traerla a comer. ¡Vaya corte! Y el cabronazo de su padre mirándome todo el rato. Ahora el principal problema es la pasta. Ya no llegaba antes, pues ahora no hay ni para el cine.

Comienzas a trabajar y llega la cesta de navidad de la empresa, la cena de empresa, las despedidas con los colegas de trabajo. Tu círculo se abre y mientras no acabes las noches con la corbata en la frente bailando en las mesas, todo va bien.

Al final y después de mucho resistirte, te casas. Y ya está liada. Que si Nochebuena y la comida de añonuevo con tus padres y navidad y fin de año con los míos, que ni de coña, porque entonces no coincido con mi hermana, pero es que al cabrón de tu cuñado no hay quien le aguante y siempre acaba mamao… Es el período diplomático, todo negociaciones y con un calendario y un cuadrante de guardias en la mano para ver cómo se ajusta todo. Al final siempre acaba alguno cabreado. Qué se le va hacer. El año próximo será al revés.

Llegan los niños y empiezan a crecer. Se vuelve a adornar la casa y a ir a Cortylandia. De nuevo se escuchan los villancicos de siempre y las figuras del belén aparecen por debajo de cualquier mesa. La noche de reyes eres tú el que no duerme pero porque te toca la tercera imaginaria y porque los niños te despertarán, y tú te haces el sorprendido cuando tus hijos vengan ilusionados a enseñarte los juguetes que los Reyes les han dejado…

Y así, otra vez a empezar. Es el círculo de la vida. En esos giros que componen los años, muchos se han ido. Los abuelos, quizás los padres, algún tío… Siempre en estas fiestas falta alguien a quien echamos de menos y que, cuando nos acordamos, se nos escapa una lágrima cabrona que hay que disimular con la tos, el humo del cigarro o dándonos la vuelta porque ya somos muy mayores para añorar estas ausencias.

Pero también hay incorporaciones. Estás casado, tienes hijos y familia política, y aunque te niegues a reconocerlo en voz alta, algún cuñado que sí te cae bien. Dentro de poco serán tus hijos los que subirán a cenar con sus parejas y tu familia se va haciendo cada vez mayor. Antes estabas en la base de la pirámide de edad y ahora eres el vértice. Te has convertido, sin darte cuenta, en el “pater familias”.

También la familia se ha dividido. Al principio estabas con tus padres, abuelos, hermanos. Ahora, los que quedan, están en su casa, con sus respectivas familias y es difícil encontrar una buena oportunidad, a conveniencia de todos, para juntaros a comer o cenar. Pero se intenta.

Y es curioso, y a la vez maravilloso, ver a tus hijos pequeños con los mismos nervios, las mismas preguntas, las mismas ilusiones y cantando igual de mal los mismos villancicos que tú cuando tenías su edad. La vida, como la Navidad, -o al revés- es un círculo que vamos recorriendo año tras año a lo largo de nuestra existencia. ¡Felices Fiestas a todos!

11 comentarios:

  1. Precioso post amigo, tienes toda la razón en lo que nos cuentas.

    Te deseo una Feliz Navidad en mi nombre y en la de todos los Opaitos.

    Un saludo

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  2. Hola!!! Tienes razón,es tal como lo cuentas con sus variaciones en cada familia,pero en el fondo igual para todos.

    Un saludo y FELIZ NAVIDAD!!!

    PD. Es mi primera visita,llegue a traves del blog de Esteban,es que me gustan tus comentarios,je,je

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  3. Ah, The Circle of Life. Ya lo decía El rey león. La vida tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, jajajaajaja. Jobar, si incluso la vida te ha dado un cuñado que te cae bien, aunque te cueste disimularlo, jajajaja.

    Yo me he negado a tener hijos para no tener que llevarlos a cortilandia. Por cierto, la chica que cantaba a mi izquierda y yo tomaremos una caña contigo cuando quieras.

    Muchas Merry Christmas para ti. ¡Qué sea genial tu cena de Navidad! Un abrazo, tío.

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  4. ohhhh aspective,estoy tosiendo, ya sabes para disimular la lagrimita,que bien lo has narrado, es cierto ahora estamos en el vertice.

    cualquier día aparece mi hijo con "su chica" y cualquier día mi hijo se va a celebrar la nochebuena a casa de su chica...... uyyssss que no lo quería pensar....

    Pero asi es la cosa, un ciclo.

    Feliz Navidad, que lo disfruteis mucho!!

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  5. Me has emocionado y me has soltado unas lagrimitas.
    Echo muchísimo de menos a mi familia. Ojalá pudiésemos estar todos juntos.

    Felices fiestas corazón

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  6. Ni más, ni menos.
    El círculo de las navidades, yo hoy ceno en casa de la familia de la mujer y mañana como en la de la mía, como todos los años.
    El círculo se cerrará cuando llegue el día en que las celebre en mi propia casa y a ella me vengan todos.

    FELIZ NAVIDAD

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  7. Hablar de estas cosas me pone blandita. Todos pensamos y sentimos lo mismo. Feliz navidad Aspective y felicidad para los tuyos.

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  8. Joooooooo, Aspective!!!! Que estoy blandita y me haces llorar a moco tendido!!!

    Precioso el comentario y tan real que ha quedado claro que ya no me "llevan", ahora me "traen".

    Aprovecho para desearte lo mejor de lo mejor. Siento el susto de mi "marcha" pero como no sabía a ciencia cierta si podría venir a desearte Feliz Navidad a tiempo, utilicé ese subterfugio para hacer saber que seguía "viva".

    Disfruta lo más que puedas y ni te cuento que haré un brindis por ti (ñossssss, esta noche, tajada segura!!! jajajaja)

    Mil besos encanto

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  9. Tienes razón en la idea del "circulo" pero, a mi, las navidades me ponen triste precisamente porque cada vez el círcul se cierra más. Yo recuerdo, como si fuera ayer, aquellas navidades cuando era un niño y tenía tanta ilusión. Ahora, no se si es la edad, la ilsión se convierte poco a poco en amargura.
    Perdonad que me haya puesto lugubre pero hoy no es uno de mis mejores días....
    Te deseo que tengas unas bonitas fiestas y que el año 2009 sea para ti, el mejor de tu vida.
    Un abrazo,
    Esteban

    P.D. - Pásate por mi blog y leete, por favor, la respuesta específica que he escrito para ti en el comentario del post de felicitación.

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  10. La navidad es eso, las sensaciones del ayer que viven en el recuerdo y los ratos que atesoramos para el futuro. Me gusta poco la navidad, como bien dices, nada como el disfrute de los hijos! me aburren las fiestas navideñas de empresa. Pero al final al menos para mi, es un año más que ha acabado y otro que llegará!, otro chance ya es mucho de verdad.
    Feliz navidad! y como siempre estupendo tu post

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  11. Genial el post, y qué cierto es todo lo que dices ! Felices fiestas!

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