A lo largo de los años he ido desempeñando diferentes trabajos, o funciones dentro del mismo trabajo. Hace un tiempo, y durante 4 años, tuve una cafetería. La verdad es que el trabajo en la hostelería, especialmente detrás de la barra, es origen de infinidad de anécdotas.
En aquel tiempo, hubo una época en que yo mismo me encargaba de abrir, siempre bien tempranito, el establecimiento. Los primeros clientes de cada mañana solían ser obreros, fundamentalmente de la construcción (en esa época había construcción) con el café, las porras y la copa. Pocas palabras, mucho sueño y el Marca pasando de mano en mano, con un coro de gruñidos, toses y la TV siempre de fondo.
Una mañana, sin embargo, nada más abrir, entra un hombre ecuatoriano, joven, de muy buen ver, arreglado como para ir de marcha. Después de saludar muy educadamente, pide “una cerveza”. No era normal pero tampoco raro. Sirvo la cerveza y antes de empezar a consumirla me solicita “una cerveza, por favor”. La sirvo. Se acaba la primera y según toma en su mano, la segunda, vuelve a pedir “una cerveza”. El proceso se repitió varias veces más. Pese a mis intentos de poner cara de poker, supongo que la extrañeza o la curiosidad se me notó, pues el hombre quiso, o se vio obligado, a darme una explicación:
- Verá usted. He estado toda la noche con mi amiga, que ¡como chinga la cabrona!, la muy madre… (etc.). Y ahora vuelvo a mi casa, con mi mujer. Le dije que iba a salir con mis amigos. Y la única forma de que mi esposa se crea que he estado toda la noche de juerga con mis amigos, es llegar totalmente borracho. Me echará una charla y en paz. Así que tengo media hora para coger una buena cogorza. Una cerveza, por favor.
Su lógica quizás tenía. Su mujer le ve borracho y acepta que ha estado de juerga con los amigos, le suelta una charla y a dormirla. Si le ve sobrio, sospecha (al parecer, no era la primera vez que los cuernos salían a tomar el aire) y le esperaba algo peor.
En fin, con otras bebidas hubiera sido más rápido y con menos gases, pero la costumbre es la costumbre ¿no?. Y ya sabéis, las coartadas hay que construirlas bien, sólidamente y conociendo al “adversario”. Es el consejo que deduje de un "profesional".
En aquel tiempo, hubo una época en que yo mismo me encargaba de abrir, siempre bien tempranito, el establecimiento. Los primeros clientes de cada mañana solían ser obreros, fundamentalmente de la construcción (en esa época había construcción) con el café, las porras y la copa. Pocas palabras, mucho sueño y el Marca pasando de mano en mano, con un coro de gruñidos, toses y la TV siempre de fondo.
Una mañana, sin embargo, nada más abrir, entra un hombre ecuatoriano, joven, de muy buen ver, arreglado como para ir de marcha. Después de saludar muy educadamente, pide “una cerveza”. No era normal pero tampoco raro. Sirvo la cerveza y antes de empezar a consumirla me solicita “una cerveza, por favor”. La sirvo. Se acaba la primera y según toma en su mano, la segunda, vuelve a pedir “una cerveza”. El proceso se repitió varias veces más. Pese a mis intentos de poner cara de poker, supongo que la extrañeza o la curiosidad se me notó, pues el hombre quiso, o se vio obligado, a darme una explicación:
- Verá usted. He estado toda la noche con mi amiga, que ¡como chinga la cabrona!, la muy madre… (etc.). Y ahora vuelvo a mi casa, con mi mujer. Le dije que iba a salir con mis amigos. Y la única forma de que mi esposa se crea que he estado toda la noche de juerga con mis amigos, es llegar totalmente borracho. Me echará una charla y en paz. Así que tengo media hora para coger una buena cogorza. Una cerveza, por favor.
Su lógica quizás tenía. Su mujer le ve borracho y acepta que ha estado de juerga con los amigos, le suelta una charla y a dormirla. Si le ve sobrio, sospecha (al parecer, no era la primera vez que los cuernos salían a tomar el aire) y le esperaba algo peor.
En fin, con otras bebidas hubiera sido más rápido y con menos gases, pero la costumbre es la costumbre ¿no?. Y ya sabéis, las coartadas hay que construirlas bien, sólidamente y conociendo al “adversario”. Es el consejo que deduje de un "profesional".
jajajajajajajaja... pues si que se curraba las coartadas, je.
ResponderEliminarNo saben nada lo sudamericanos, vienen de vuelta.
ResponderEliminarjeje!!
A este no le descubren ni los del CSI
ResponderEliminarque fuerte!
ResponderEliminarimpresionante!
anda que no sois listos los hombres cuando queréis!
ja,ja,ja,ja.
un saludo
jajajajajajajajajajaj exacto eelemental mi querido watson que logica , "si estuvistes con tus amigos y ya a dormir " ; cada vez me dejan perpleja que profesionalismo ,jajajajajajajaja que divertido!! saludos despe
ResponderEliminarJajajja. En fin, la verdad es que es una buena anécdota. Y como bien dices, parece tener la técnica pillada. Asi que, cada uno a lo suyo, y la cerveza a la de todos.
ResponderEliminarUn saludo
y no hubiera sido mas facil entrar en el bar y decir:
ResponderEliminar- Hola buenos dias, me pone 20 cervezas por favor?
asi te evitas tener que estar ahi pendiente de él... jejeje
Sonvak:
ResponderEliminarSí, era un profesional con EXPERIENCIA. Y eso vale mucho.
Gorio:
Puede que el origen latino, la sangre ardiente, etc. les haga más propensos, pero desde luego este se lo curraba.
Jordi:
Ni Miami ni las Vegas.
Enhorabuena por tu blog. Es muy interesante siempre.
Grumpy
Pero soólo cuando queremos. Luego te casas y tal y la inteligencia se te viene abajo
despe
Tú debes de tener conocimiento de estos temas,¿no? (lo digo por tus entradas del blog...)
Rubén:
¿Por London city te lo pasas como el ecuatoriano este? O vas de turismo serio
SnakePlissken:
Sí, o pegarse unos lingotazos de otra cosa, pero supongo que las posteriores meadas continuas, los gases, etc. formaban parte de la coartada.
Sería para que no se le calentaran (Y se llevó unos botes para el camino)
Yo como mujer no puedo evitar solidarizarme con su pobre esposa, que no sólo tiene que fastidiarse con que le pongan los cuernos, si no que encima tiene que aguantar que el elemento llegue borrachuzo a casa por la mañana...
ResponderEliminarUn abrazo grande Aspective. :)
bueno, eso se llama currarselo!! porque digo yo, que despues de una buena noche hincharte a cerveza recien levantado......
ResponderEliminarjuas, es buenísimo.
ResponderEliminarMe ha recordado el famoso chiste de los caracoles jajaja..
Pues mira, yo, ni solidaridad con la "titular" ni nada,ese tío me ha caído simpático jaja.
Gracias Aspective, siempre merece la pena leerte.
Un abrazo.
El efecto mariposa:
ResponderEliminarLo entiendo, y yo tampoco creas que me solidarizo con él, pero es que me dejé "epatado" el tío, con el desparpajo que lo llevaba...
conxa:
Para mí que el tío este no había dormido mucho ¿eh? Creo que estuvo haciendo deporte toda la noche.
Calenda:
Efectivamente era simpatico (y guapetón) No creo que tuviera muchos problemas para ligar. Mientras no le "toque" a un@, bien va.
Muchas gracias