Largas jornadas laborales, fiestas y comidas de empresa, viajes de negocios… son situaciones que fomentan el acercamiento entre compañeros de trabajo. Las fantasías, los flirteos y las relaciones sexuales de todo tipo están a la orden del día. Eso es, al menos, lo que revelan numerosas encuestas, aunque se calcula que muchos entrevistados mienten. No obstante, es posible llegar a conclusiones curiosas.
Más de la mitad: La revista Playboy publicó un estudio realizado entre 10.000 trabajadores. El 50% de los varones reconoció haber tenido relaciones sexuales en su trabajo.
(Y aquí: )
Pasamos ocho horas por día en el trabajo donde, como en toda jungla, machos y hembras marcan y cuidan su territorio, lucen sus mejores galas y tratan de gustar. ¿Quién no ha pensado en tener sexo con un/una compañero/a de trabajo?
Grandes, y muchas veces problemáticas, relaciones han comenzado entre escritorios, correos electrónicos y reuniones de trabajo. Algunos especialistas afirman que la incorporación de la mujeres al mercado laboral ha sido marcada por una imitación del modelo de éxito masculino, que incluye una sexualidad agresiva como muestra de poder. Así, las pasiones, romances y encuentros sexuales en el trabajo se han convertido en casi una cotidianeidad.
En el trabajo hombres y mujeres sacan a relucir sus mejores plumajes, ya sea para causar una buena imagen, ganarse la simpatía del jefe o para llegar al corazón (o a la ropa interior) del compañero que más nos atrae. Es que pasamos mucho tiempo en el trabajo, y a menudo se comparten más inquietudes, problemas y satisfacciones con quienes tenemos más cerca en ese momento.
Tantas horas en grata compañía del sexo opuesto, según el estudio Actitudes y Conductas Afectivas, realizado en España por el Centro de Investigaciones Sociológicas, dan como resultado que el 13 por ciento de la población activa conoció a su pareja en el lugar de trabajo o estudio, frente a un 9 por ciento que lo hizo en lugares de ocio. Es decir, hay más posibilidades de comenzar una relación amorosa con alguien conocido en las aulas y oficinas que en discotecas, y aunque el informe del CIS no profundiza en materia de sexo, es revelador saber que el 8 por ciento de los encuestados definió ‘relación amorosa’ como una relación corta o esporádica entre dos personas que se sienten atraídas y tienen relaciones sexuales.
El mismo informe del apunta que en el 67 por ciento de los casos la atracción surgió poco a poco, al ir conociéndose, algo habitual en los centros de trabajo, donde pasas más horas al día que en casa, frente a un modesto 22 por ciento que experimentó el tan mentado ‘flechazo’ .
Los grandes centros de trabajo, con muchos empleados, son más favorables a este tipo de relaciones. Entre los oficios más peligrosos para el sexo, el periodismo, las empresas de auditorías y de seguros, las agencias de publicidad y las multinacionales en general son los trabajos más ‘picantes’. En empresas que ocupan edificios enteros circulan de modo permanente las noticias sobre escarceos amorosos en el baño de la tercera planta o en el archivo (o en el estacionamiento).
Estudios europeos y americanos sitúan en torno al 28 por ciento el porcentaje de relaciones entre trabajadores de diferente nivel en la empresa. El informe del CIS es prudente en este aspecto, ya que sólo un 17 por ciento reconoce haber llegado a la horizontalidad mediante un salto vertical. Y casi siempre con superiores inmediatos, jefes de sección o de departamento.
Pero la erótica del poder funciona, si va acompañada por el atractivo físico, la situación económica y una diferencia de edad. Estos tres factores suman el 71 por ciento de las características que llevan a iniciar una relación esporádica, según el mismo informe. Con iguales o con jefes, el 30 por ciento de los romances de trabajo no pasa de relaciones puramente sexuales y el 65 por ciento no supera el año de duración. Pero un año da para mucho. A veces, para demasiado, porque el asunto se complica cuando entran en juego terceras personas.
En la encuesta del CIS sólo el 57 por ciento consideró imposible estar enamorada de dos personas a la vez. ¿Qué ocurre con el porcentaje que falta? Es que una cosa es lo que pensamos, lo que sostenemos como valores sociales o morales inculcados, y otra lo que hacemos.
Y la cosa se agrava si no hay equilibrio entre la situación de los contendientes. En el estudio del CIS, el 55 por ciento se pronunció por la conveniencia de mantener una relación de pareja aunque la pasión se haya evaporado.
Pero el deseo no se evapora, de modo que, lo que no encuentran en casa, lo buscan -o se topan con ello- en la calle y, sobre todo, en el trabajo. La gente vive, trabaja, se muestra y por lo general, encuentra en el entorno laboral lo que ya no tiene en su relación. De ahí el riesgo de iniciar un affaire con un compañero o compañera de trabajo, creyendo que a los dos os mueve la pasión del momento, y encontrarse luego metido en un nuevo proyecto que no buscabas.
En el caso opuesto, en el que tú eres libre y la otra parte no, el fuego inicial puede dar paso a remordimientos crecientes, en especial si la cosa se prolonga en el tiempo. Vale que tú no engañas a nadie… pero colaboras en que alguien sea engañado. Y no digas que no lo piensas, porque mañana te puede tocar a ti. ¿O ya te ha tocado? En ese caso, con el tiempo compruebas que es un pobre desquite, porque no tiene el destinatario adecuado.
Como no podía ser de otra manera, a las empresas no les agrada que sus empleados confraternicen más allá de lo esencial. Asesorías y consultorías multinacionales prohíben a sus trabajadores mantener relaciones personales; y grandes financieras y entidades bancarias recomiendan a sus empleadas no intimar con sus jefes.
Para prevenir reclamaciones sindicales, las cláusulas suelen figurar en los contratos de alta dirección de los ejecutivos, y en otros casos la medida pasa por separar físicamente a los emparejados con traslados a otra sección o sucursal. Rara vez se hace de forma explícita, porque si bien se puede prohibir y penalizar la práctica del sexo en el lugar de trabajo, el amor no se puede regular por convenio.
Lo más recomendable, si vas a tener un lío con alguien del trabajo, es tenerlo fuera del trabajo. Está bien que la mesa del jefe tiene un coeficiente de morbo muy alto, pero mejor en una cama, sin posibilidad de que te pille la señora de la limpieza en el peor (mejor) momento; y sin excusas poco convincentes.
Consejo final: si se trata de una relación meramente pasional y sexual, puedes buscarla fuera del trabajo (dónde se come, no se ensucia, dicen). Si es algo especial, adelante, pero trata que no trascienda. No hay nada como los comentarios de pasillo para que a tus jefes deje de importarle cómo haces tu trabajo y se centren en cómo haces el salto del tigre. Y desde un archivador, además de peligroso, es muy poco sensual .
Y para finalizar, unas frases sobre lo único, recopiladas del facebook:
- Mi esposa es un objeto sexual. Cada vez que le pido sexo, ella objeta.
- No hay castos; sólo hay enfermos, hipócritas, maniáticos y locos.
- Lengua: Órgano sexual que algunos degenerados usan para hablar.
- Un intelectual es la persona que ha descubierto algo mas interesante que el sexo.
- Si tu pierna izquierda fuera viernes y tu pierna derecha fuera domingo, déjame pasar un fin de semana contigo...
- Mi mujer grita tanto al hacer el amor que a veces la oigo desde el bar
- Lo más difícil de ver sexo por internet es controlar el ratón con la mano izquierda.
- Es curioso que se le denomine sexo oral a la práctica sexual en la que menos se puede hablar.
- El matrimonio es como las libretas de ahorro: de tanto meter y sacar se pierde el interés.
- La inactividad sexual es peligrosa, produce cuernos.
- El sexo sin amor es una experiencia vacía. Pero como experiencia vacía es una de las mejores.
- Brindemos por nuestras novias y nuestras esposas:¡que nunca se conozcan!
- ¿Es sucio el sexo?.... Solamente si se hace bien.
¡¡Ah y Feliz Navidad... en el trabajo!!
Despues de leermelo TODO, he meditado profundamente y he llegado a la conclusión....que es una putada que a mi no me pase nada de esto!! ay que mala suerte trabajar en una empresa pequeña jajajjaja
ResponderEliminarLas estadisticas,estadisticas son.
LAs frases del final...hay muy buenas!!!
Pues la verdad es que es así... amos, que ya no lo recordaba pero en mi más tierna juventud (jejeje) si que intime con un compañero (con el que, por cierto, en un primer momento nos llevabamos a matar) pero todo quedo allí... una temporadita y punto. Con los años me sorprendio que cuando intuyo que no me encontraba en el mejor momento anímico acudió en el hipso-flauto a mi lado (sólo pa charrar, no seas mal pensado).
ResponderEliminarSi me preguntas ¿volverías a repetir esa "relación"?... Si, me dejó unos muy buenos momentos que recuerdo con mucho cariño (aunque tengo claro que jamás lo ví, a él, como una pareja de futuro)