Es sábado, recién estrenado, y de alguna forma acaba la semana. Quedan dos días pero están en otra dimensión, en un universo paralelo, y no se tocan con la realidad de sus cinco hermanos. Para mí termina, ha terminado, hoy. Un conjunto de días distinto a los demás, diferente, una semana atípica. Han pasado muchas cosas, buenas y malas. Nada que ver con la línea de encefalograma plano que caracteriza a muchas jornadas, meses y hasta años. Ha sido quizás, algo más parecido a una montaña rusa que finalmente te deja agotado.
Cambios laborales con una buena perspectiva, al parecer, de continuar algo más de tiempo y a la vez, el despido de un compañero, uno más, no singular, no especial, pero que marcha incrédulo hacia la mayor empresa del país.
Cambios en este extraño mundo irreal de las palabras en las pantallas con, supongo, gente detrás que las escribe. Una buena amiga se enfada, se va, desaparece y no sé el porqué y otra buena amiga, gaditana ella, consigue que me retuerza de risa hasta caerme. (Gracias).
Cambios en las ideas, donde aquello de lo que estás total y absolutamente seguro y convencido por la mañana lo pones en tela de juicio por la noche hasta dudar de todo.
Cambios de humor y de estado anímico. Lees, ves, oyes o compartes algo que te pone de un excelente talante y parece enfocar el día de manera radiante y luminosa y luego lees, ves, oyes o compartes otro algo que te induce a caminar con precaución para no pisarte la moral.
Cambios en la salud, para bien y para mal, nada grave, de los que te rodean.
Cambios en los amigos y parientes que van y vuelven y viajan. Y el mundo sigue girando aunque tú estés parado, quieto, sin avanzar hacia ninguna parte.
Constancia de lo que tienes y evidencia de lo que te falta. Añoranza de lo que fue e incredulidad ante lo que quizás no vendrá. Pero todo sigue en movimiento.
Son muchos, demasiados cambios para un periodo tan corto, aunque se haga, a veces, eterno, como una semana.
Querido amigo, prefiero sin dudar una semana de éstas a una de esas en las que parece no pasar nada...
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la entrada, y me veo reflejada en algunas de sus frases. Me quedo con esta: "Todo sigue en movimiento", porque está claro que aunque a veces nosotros necesitemos pararnos a pensar o coger aliento el mundo no se para.
Te dejo un beso gordo y unas risas, of course ;)
¡Vaya!.
ResponderEliminarNo se que decir, espero que este fin de semana te sirva para aclarar las ideas y las aguas vuelvan a su cauce.
Un abrazo y ánimo!!
Pues yo no sé que decir... La vida suele ser así, una montaña rusa... Y yo,al contrario que mariposa, ahora mismo desearía una semana de esas en las que parece que no pasa nada (y digo parece, porque siempre pasa algo, un mínimo detalle que convierte toda semana, todo día, en un día/semana especial).
ResponderEliminarY es que adoro la rutina. No necesito que la semana sea movida porque el movimiento soy yo.
Besazos!!
pues yo si se que decir...tú estas preñao!!!!!! que si, que si...que todo eso me pasa a mi...hasta me río con una gaditana!!!!
ResponderEliminarsupongo que esas son las cosas que nos hacen estar más vivos, como dice el efecto mariposa, yo tambien lo prefiero a la linea plana....
ResponderEliminarUn beso.