Estaba blogueando por ahí, de enlace en enlace, y he llegado a un post que, no sé porqué, me ha hecho retrotaerme en el tiempo hasta finales de los 70, y acordarme de una chica preciosa, siempre pegada a una guitarra que acariciaba con su larga melena al inclinarse para cantar, con voz imperfecta y quebrada, pero como nadie, estas canciones de John Denver. Con ella pretendí, y no conseguí, ser algo más que un buen amigo suyo.
Perdí muchas clases, di muchos paseos, ( y supongo que pagaría muchas fantas, aún sin tener dinero), mientras escuchaba sus quejas y penas por el chico que le acababa de dejar. Curiosamente, mi amigo.
Pero el tiempo pasa y es cruel con todos. Tuve la oportunidad de encontrármela muchos, más de veinticinco, años después. Hablamos. Casada, infeliz, tres hijos, un trabajo de mierda y una vida que no le gustaba. No conocía, ni conozco, al marido pues nuestras vidas habían tomado rumbos distintos hacía demasiado tiempo. Pero esa infelicidad se reflejaba junto con el peso de cada uno de los días transcurridos, en su cara, en su imagen, en su postura, en su actitud de derrota.
Nos separamos y no hemos vuelto a encontrarnos. No vive aquí.
Los recuerdos son, a veces, más dulces que la realidad.
Los recuerdos son casi siempre más dulces que la realidad, porque sólo recordamos lo que nos hacía felices de aquello.
ResponderEliminarUn beso gordo :)
Es lo bueno de la vida, esos momentos que quedan para siempre..
ResponderEliminarUn abrazo.
El reencuentro con gente del pasado siempre es raro..nunca se ajusta a lo que inconscientemente pensábamos.
ResponderEliminarLo bueno que tiene el paso de los años es que al final solamente nos quedamos con las cosas buenas... a pesar del reencuentro, creo que siempre te acordarás de ella como la chica de la guitarra que te hacía soñar con algo más..
ResponderEliminarBesos y disfuta del día
los recuerdos son capaces de salvar lo bueno y dejar de lado el resto. Quizá por eso a veces se comete el error de vivir de ellos...
ResponderEliminarSeguro que de leerte sonreiría.
Un abrazo
Es cierto, la memoria es selectiva. Yo siempre recuerdo lo bueno, aunque a veces también está bueno acordarse de que nada, ni siquiera el pasado, es perfecto.
ResponderEliminarMe encantan las canciones. Me encanta Denver.
ResponderEliminarPero lo bueno de la realidad es que se está viviendo, sea mala o buena, pero es la que nos permite tener recuerdos.
ResponderEliminarBesos cielo!!
Yo me he quedado con la actitud de derrota... ¿En qué lugar del camino esa chica dejó de perseguir sus sueños? y ¿por qué?... ¿por qué dejamos de perseguir los sueños creyéndolos incompatibles con la realidad?... ¿no es mejor morir peleando por ellos que vivir sin la ilusión de perseguirlos?...
ResponderEliminarAnda, qué filosófica me he puesto!!! pero, esto viene porque muchas veces han intentado convencerme de no perseguir mis sueños por ser poco prácticos a la hora de ganarse uno la vida... Sin embargo, si yo no persiguiese mis sueños la vida no tendría sentido... pues la vida está para hacer realidad los sueños que uno tiene cuando está dormido... (y digo sueños, no pesadillas, je).
Bueno, eso... que nosotros somos responsables de aquello en lo que nos convertimos, somos responsables de hacer de nuestra vida un camino por el que nos guste transitar... Y sí, la suerte puede influir, pero en la actitud de cada uno está la clave.
Ale, y voy a dejar de escribir tan filosóficamente que me va a dar dolor de cabeza.
pobre mujer...no por el peso ni el paso de años si no por que es infeliz y eso es muy triste...ains.
ResponderEliminarbastantes mas veces.
ResponderEliminarMe has dejado melancolica....vaya.