Llevaba una semana sin fumar. Siete días para ser más exactos, pues se hacen muchísimo más largos uno a uno.
Pero hoy he vuelto a empezar. Sólo por dos días, pues el lunes lo volveré a dejar. No sé porqué he vuelto. Evidentemente me apetecía, pero también cada uno de los siete días anteriores. Quizás una de las razones esté en Manolo. Manolo es, Manolo era una incógnita. Le conocía desde que puedo recordar. Vagos recuerdos de algún paseo por el Retiro, algún cuadro… Estaba casado con una familiar mía, muy especial y querida. Pero a él… realmente no le conocía.
Era eso que en las familias se llama el raro o snob o cualquier otro calificativo para decir que era diferente e incomprendido. Tenía un cociente intelectual que se salía del ranking y quizás por ello fue inconformista. Tenía estudios universitarios relativos al arte, pero ejerció en un colegio un puesto indeterminado. Su forma de ver la vida, de entenderla, tan sui géneris, le fue enfrentando poco a poco con su familia y posteriormente con la mía.
Harto de estar harto, como diría la canción, decidió convertirse en una especie de anacoreta y se retiró del mundo. Solo mantenía un contacto indirecto a través de su mujer, a quien adoraba y quien le correspondía. Aunque nadie lo entendiéramos. Ni a ellos, ni su relación, ni sus decisiones… pero eran las suyas.
Hace treinta años se recluyó en su casa de un pueblo de la sierra madrileña y no volvió a salir. Para nada. No fue nunca al médico, no hizo un recado, no dio un paseo, nada. Jamás volvió a traspasar los muros de su casa. Lector infatigable, con una cultura desbordante, pintor magnífico, se privó y nos privó a todos de una personalidad única. Por ser coherente. Por no gustarle el mundo que le tocaba vivir y no poder cambiarlo. Simplemente se retiró de él. Sin molestar, sin hacer ruido.
Alguna conversación telefónica, cuando respondía, te recordaba su existencia y siempre era para pasarte con ella. Era una verdadera incógnita.
Ha fallecido hoy. El lunes se sintió mal, perdió el sentido y en contra de lo que hubiese sido su voluntad, pero sin poder oponerse, el SAMUR lo hospitalizó. Pruebas y más pruebas, gravedad y a otro hospital más grande y con más medios. Urgencias, UCI… un ictus, una dolencia cardiaca, un cáncer que todo lo invadió y sin volver a recobrar el sentido, menos mal, nos ha dejado. Su huella en este mundo será liviana, pero en alguna persona, a la que quiero, le dejará el recuerdo indeleble de alguien a quien amó y que fue correspondida de forma incondicional.
Adiós Manolo. Me hubiera gustado conocerte.
6 comentarios:
Pues tal y como lo describes a mí también me hubiese gustado conocerlo. Descanse en paz.
Un beso fordo para ti.
Nunca hay que dejar pasar las oportunidades de conocer a alguien interesante.
Yo también aprendí eso hace algún tiempo.
Lástima que yo también llegue tarde pa conocerlo.
Un beso pa ti
hola Aspective de lo que me he perdido bienvenido tarde pero seguro , he estado un tanto en mis crisis economica pero poco a poco estabilizandome , algunas personas optan realmente por vivir alejado de todo , realmente no los culpo tanta cosa que se mira en nuestros dias y a diario que harta, el estar en este mundo quiere decir que tienes un lugar que nadie mas va a ocupar asi que por que no hacer gala de lo que sabes y puedes hacer? hay personas que son bien radicales en sus decisiones y lo unico que esperar es por nosotros , lastima que no se pudiera compartir sus logros y sus cualidades.
que estes bien y me da gusto saber que estas de vuelta
Despe
Pues no he tenido la suerte de conocerlo y sin embargo siento que entiendo la que fue su posición en la vida...
Un abrazo...
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