domingo

...y para todo lo demás...

Hay días que te traen regalos inesperados, que son habitualmente los mejores. Y cuando son cosas como las del anuncio de TV, cosas que el dinero no puede pagar, saben mejor aún.

Ayer me regalaron un día de diversión, sin parar, con mis hijos. Un día al aire libre, con risas continuas, carcajadas, juegos…

Resulta que el peke tiene un compañero del cole del que es inseparable: M. Ambos llegan a ser pesados con su apego al otro. Esto nos ha ido forzando, a que uno pase un día, una noche o un fin de semana en casa del otro y a comenzar una relación con los padres del amigo: unas cañas, algún día a comer, una salida de fin de semana…

Ayer nos llamó el padre de M. Trabaja como máximo responsable de uno de los parques acuáticos más grandes de Madrid y nos invitada a un “privado”: El parque cerró al público el fin de semana anterior y ayer, con todos las instalaciones aún perfectas (quiero decir, sin “preparar” para pasar los rigores del invierno) pudimos pasar el día allí. Con las mejores atracciones funcionando sólo para nosotros. ¿Sabéis el lujazo que es tener todos los toboganes, juegos, etc. para usarlos una y otra y otra vez sin gente, sin esperas, sin colas? Lo habitual, un día cualquiera del verano, es esperar unos 40-60 minutos para poder usar un tobogán, por ejemplo; ayer era una cadena sin fin. Subir y bajar imparablemente. En todas las modalidades: "Y ahora todos juntos", "ahora vamos de la mano", "ahora haciendo el “trencito”...

Yo me lo pasé muy bien, pero mis hijos, los tres, vivieron un día inolvidable. No me acuerdo de haberlos visto reírse, juntos, con sus amigos, tantas veces, tanto tiempo. Fue enormemente divertido. Y además se sentía una sensación muy especial. Por una vez éramos de los “elegidos”, de esos que pueden disfrutar de algo escaso y raro y encima dar envidia a los demás. (Y, reconozcámoslo, eso también tiene su puntito).

Le estoy muy agradecido a M., el padre de M. (J ) por esa oportunidad. Algo que no puedes hacer pagando, algo que no se puede comprar con dinero y que, sin embargo, fue verdadera vida de ricos (Esto no es un anuncio de una tarjeta de crédito, que conste). Un parque con aforo de 6.000 personas, para un total de 6 papás y 8 hijos. Y todo a tu disposición. Y vaya si lo aprovechamos. Hoy todo son agujetas y dolores, porque fue extenuante. Pero irrepetible (aunque, sinceramente, sí que espero repetirlo).

1 comentario:

Dina dijo...

Peeeeeeeeeeeero será morrudo y mientras tanto el resto de los mortales achicharrandonos a calo, jaja

Me alegro que disfrutaras, las agujetas ya se te pasarán, rey