miércoles

"Una gran operación de marketing"

Ha sido una gran estafa, lo reconozco. Pero no se ha notado, lo hemos hecho muy bien.

El movimiento de liberación de la mujer, creado indudablemente por un grupo de mentes masculinas privilegiadas , ha dado sus frutos. Hoy en día, gracias a ellos, hemos logrado avances inimaginables hace unos pocos años.

Por ejemplo, ya no pesa sobre nuestros hombros exclusivamente la responsabilidad de los ingresos económicos del hogar, no. Ellas también salen fuera a ganarse el pan con el sudor de su frente y nosotros nos podemos relajar algo más, dormir más tranquilos y con menos responsabilidad, mientras disponemos de más tiempo libre.

Han renunciado a contemplar el crecimiento de sus hijos día a día, de una forma cercana, junto a ellos, para cedernos parte de ese privilegio mientras ellas se van al trabajo y así,hemos podido descubrir la paternidad, el placer de jugar con los niños, el de asistir a su descubrimiento del mundo en lugar de verlos solamente dormidos al llegar a casa por la noche.

Como les hemos vendido que no quieren ser menos, han aprendido a utilizar la taladradora, la llave inglesa y el destornillador liberándonos así de esa parte del fin de semana dedicada obligatoriamente al bricolage y a las reparaciones. Ya son capaces de hacerlas por sí mismas.

Saben conducir y les hemos dicho que las estadísticas muestran que son conductoras más seguras, por lo que también se chupan el atasco y dejan a los niños en el colegio, mientras, a la vez, las convencemos de que el coche pequeño se aparca mejor.

Saben ir a las reuniones de vecinos de la comunidad de propietarios a pegarse con quien haga falta, al taller para convencer al mecánico de turno de que el coche hace “bumba, bumba” cuando cambias de marcha, (evitándonos el ridículo a nosotros), y si intentas llevarles el bulto que más pesa, se ofenden, y nos dejan una más liviano, etc., etc.

También fuimos capaces de inventar los métodos anticonceptivos, a fin de conseguir llevarlas al huerto la mayor cantidad de veces posible, bajo el lema del amor libre, de la propiedad de su cuerpo y del derecho a disfrutar. Ese fue, realmente, un buen trabajo.

Incluso hemos conseguido convencerlas de que la igualdad (término que dotamos de una carga de “deseo de consecución”) no se lograría hasta que accedieran a los empleos más peligrosos o más penosos de realizar: minería, construcción, manejo de maquinaria pesada, limpieza de calles, etc. Y allí están ellas sin vacilar, desempeñando esas difíciles tareas que si no, nos seguirían tocando a nosotros realizar.

Convencerles de esta igualdad ha sido un trabajo que ha requerido tiempo.

Incluso hemos tenido que fichar a una serie de nosotros para que ofrecieran resistencia al cambio y ellas lo percibieran como algo aún más deseable. Estos sacrificados, insultados permanentemente, a los que les llaman a voz en grito machistas, han hecho mucho por la causa. Les debemos mucho los demás, pero su sacrificio ha merecido la pena. Y poco a poco lo vamos logrando. Accedemos a placeres que hasta ahora nos estaban vedados, a conocimientos y sensaciones desconocidas para nosotros, la mayoría de ellas en el interior de tu cómodo hogar, mientras ellas salen a partirse la cara ahí fuera.

Ha sido un gran invento y quizás una de las mejores operaciones de marketing de la historia: únicamente había que convencer a la mitad de la población mundial, de que esto es más deseable. Y lo hemos logrado.

3 comentarios:

Dina dijo...

Como diría una compañera mía de curro: "Vaya estupidez hicimos con esto de la liberación femenina... ahora nos toca trabajar dentro y fuera del hogar" pero ¿sabes que te digo? que, aún así, "VIVA LA LIBERACIÓN". Hemos podido adoptar papeles que en otras épocas no nos estaban permitidos, yo aún recuerdo el día que le dije a mí padre que quería que me enseñara a arreglar máquinas de escribir (porque me encantaba el olor que desprendían y flipaba viendo las piezas) y se me descalzó con un "esto no es trabajo para mujeres", desde ese momento decidí que todo lo que me apeteciera aprender lo haría, es más aprendería por mí misma... y ahora igual te arreglo una persiana, que te cambio un radiador, que hago una empanada o que me entrego al amor desenfrenado, creo que en mi cuerpo de mujer convive un hombre oculto y meeeeeeeeeeeeeeencanta

Conxa dijo...

Yo no lo plantearía así sin duda.
Pero sí es cierto que hubo un gran error, accedimos a mas campos sin soltar a los que estabamos asignadas. O sea racion doble. Y por supuesto el hombre remolonea a la hora de entrar en las funciones propias asignadas al género femenino.
Entramos en el mundo del hombre,sin pensar que ellos no entraban en el nuestro. Aunque lentamente va cambiando.

No hay nada que mas me fastidie que un hombre diciendo:
"yo ayudo a mi mujer en casa"

que coño, es eso de ayudar??? comparte,comparte....

Morgana dijo...

A mi lo único que me parece bien de toda esta liberación es la libertad de elección. A parte de ésto también coincido contigo en que nos han estafado porque seguimos haciendo la mayaría de las obligaciones de la casa y las de fuera.
Por cierto que a mi también me chirría escuchar a los hombres diciendo que "ayudan" a sus mujeres, como si la responsabilidad de la casa cayera sobre ti por el mero hecho de nacer chica.