viernes

Rabia e indignación


No lo entiendo. De verdad que no lo entiendo. Somos unos críos llorones, a los que están robando el dinero, el bocata, el móvil, los libros mientras se ríen de nosotros. ¿Y qué hacemos? Nada. Amenazamos con algo tan terrible como “a que se lo digo a mi hermano” hermano que está tan acojonado como nosotros y tampoco hace nada.

Nos chotean, nos hablan de barbaridades, nos echan la culpa, nos hacen sentir responsables, nos callan la boca, juegan con nosotros, nos hacen mirar hacia otro lado mientras nos desmontan todo aquello que merece la pena en este país… para llevárselo ellos. Privatizar lo llaman. Joder. Al Empecinado, a Candelas, a tantos… los persiguieron entonces por privatizar. Por llevárselo muerto. Por arramblar con todo. Ardo de indignación y como vosotros, no sé qué hacer para evitarlo. Pero desde luego tengo claro algunas cosas y sí, ya se que van todas mezcladas, pero las escribo según me salen, según la rabia que siento:

1.- YO no tengo culpa alguna de la crisis del ladrillo. Ni me he enriquecido, ni he especulado, ni hostias. Además, según justifican estos señores que ahora roban mandan, ¿no lo regula todo el mercado y la iniciativa privada? Pues eso.

2.- YO no he vivido por encima de mis posibilidades. De acuerdo a las susodichas y sacrosantas reglas del puto mercado que adoran los que roban mandan cuando algo estaba barato lo he comprado y he intentado venderlo cuando subía su precio. ¿Pecado? Ninguno. Es su propia religión y lo que nos quieren vender, luego todo bien ¿no?

3.- No hay dinero público. Es necesario recaudar más, subir impuestos, recortar gastos… Esto no es si no una posición político económica. Hay teorías igual de válidas o inválidas que argumentan justo lo contrario. Y desde luego con lo que están haciendo no vamos muy bien que digamos.

4.- La crisis bancaria y la crisis original de las hipotecas subprime, no la he creado YO. Ni soy gestor, ni tengo sueldo millonario de consejero, ni nada similar. Soy solo al que le embargan si no paga, al que no le dan créditos, al que tratan como una mierda, pero el que tiene que pagar el jodido rescate para que alguien se lo siga llevando crudo.

5.- Sres. del PP Si querían ustedes gobernar y prometían tener soluciones, no sigan echando la culpa a la situación heredada. Después de ocho años, si ustedes no sabían con sus propios expertos, cómo estaba la situación son unos incompetentes que no merecen gobernar y además unos irresponsables y mentirosos por prometer soluciones algo que desconocían. Y si sí lo sabían ya está bien de echar balones fuera con la herencia recibida.

6.- Estoy hasta los cojones de la prepotencia y la impunidad de sus actuaciones, manifestaciones públicas, de su política de hechos consumados en los que nos muestran su impresionante desprecio por todos nosotros. Desde la Fabra al Gurtel pasando por el Carromero y todos los demás. Se ríen, nos toman el pelo, se favorecen descaradamente… y nosotros callados. Claro.

7.- Sufriendo por las privatizaciones. Si de verdad está todo tan mal ¿quién lo quiere? ¿Cómo van a sacar la rentabilidad que necesita el sector privado? Bueno, el número de soluciones es limitado: o bien sí que es rentable y nos mienten, o no lo es y para hacerlo una vez privatizado tienen que cambiar las prestaciones y dar menos por lo mismo, o cobrar más. No hay más conejos en la chistera y nadie da duros a cuatro pesetas.

8.- ¿Por qué se da la casualidad de que todo lo que van privatizando se lo quedan como buitres ellos mismos? Si es tan malo, si está tan mal, no entiendo que se lancen a por los despojos de tal forma que nadie más puede siquiera intentar gestionarlo. Todo para ellos. Joder, a lo mejor no es tan mal negocio y simplemente nos dejamos quitar todo lo que era nuestro, de todos, y que ya jamás volverá a ser. Salvo que la caguen y tengamos que nacionalizar las pérdidas. Y si no es banca, claro, que en ese caso se nacionaliza el rescate para pagarlo entre todos pero la propiedad, y los beneficios y los activos continúan siendo de ellos. Cojonudo el negocio. Yo quiero uno de esos, oiga. Hoy mismo salta la noticia de que la empresa de la que es consejero J.J.Güemes se queda con la gestión de los análisis clínicos que él mismo privatizó. Joder y en este país ni corre la sangre por las calles ni arde nada. Somos marionetas de paja y nos debemos merecer esto que nos hacen; por gilipollas.

9.- Cada paso que dan es un paso irrecuperable. Ni cambio de gobierno ni leches. No hay marcha atrás. ¿Ejemplo? Tirad un plato al suelo, que se rompa. Ahora intentad pegarlo y dejarlo como estaba. ¿Queda igual? Pues eso. Lo vamos perdiendo todo.

10.- Somos esclavos. Ahora por un trabajo, incluso por un trabajo de mierda, somos capaces de cualquier cosa. No quiero especificar, pero pensad si nadie en vuestra familia trabaja, si no hay nada para comer, si no se puede pagar nada, ¿qué no haríais por tener ese trabajo de mierda? ¿En qué se diferencia esto de la esclavitud? Hacer lo que sea a cambio de comida, renunciando a cualquier derecho. ¿Cómo se llama a eso? Y mientras, nos roban lo que era nuestro. Mejor o peor, de todos, y funcionaba ¿O no?

11.- A la tan cacareada Europa, gobernada por las compañías transnacionales y por los gobiernos nacionales  no le interesa que esta situación cambie. Seamos realistas, Europa no existe. Alemania depende de sus propios electores, que votan en función de sus intereses no ya nacionales, si no personales. Lógicamente egoístas. Y esos son los que nos imponen la política a seguir, los que nos “prestan” el dinero que los bancos (no nuestros bancos, que míos no son) necesitan. Pero pensad que también nos imponen las condiciones en que se deben devolver (nosotros, ahora si, tenemos que devolver) Pero los bancos no son entes aislados. Todos tienen intereses cruzados, préstamos compartidos, carteras vendidas, participaciones accionariales cruzadas, gestionan fondos de inversión interesados, etc. Vamos, que nos dicen que tenemos que hacer, les prestan el dinero, lo devolvemos nosotros como ellos dicen y se benefician también, y de forma directa, sus propios bancos. Cojonudo.

12.- Pregunto ¿A qué país le interesa una España competitiva, saneada, eficaz? ¿A qué países beneficia una España barata, tercermundista, con sueldos por los suelos, sin derechos sociales ni sindicales, donde todo se compra y donde por unas patatas viudas vendemos lo que sea? Pues esos son los que dicen que nos salvan y nos prestan.

13.- Y nosotros, cojonudos. ¿Nos roban, mienten y pisotean? Pues les votamos más. Como en Valencia y Galicia. Valencia, esa comunidad que es ejemplo en los documentales extranjeros de todo lo cuestionable, imposible, corrupto, sucio, y desastroso y donde el PP con sus prebostes, artífices de todo, sigue siendo el partido más votado. Si es que somos gilipollas y nos merecemos lo que tenemos la verdad.

14.- ¿Alguno de vosotros piensa que a base de facilitar y abaratar el despido se crean más puestos de trabajo? ¿A quién se favorece con eso? ¿Que futuro nos espera aún si con el tiempo el mercado de trabajo se recuperase? ¿Qué tipos de trabajo, con qué derechos?

En fin que lo dejo ya porque me voy a llorar un rato. No hay salida, no veo solución. Sólo se puede solucionar a sangre y fuego, haciendo tabla rasa y quitando de en medio a todos los chorizos, mangantes, ladrones… bueno lo dejo que luego me cuelgan etiquetas incómodas. 


Balance


"Tengo canas en la barba y fantasmas en la memoria"(*)  he visto consumirse omnipotentes imperios, desvanecerse dioses intocables, anatemizar axiomas inmutables y desaparecer verdades eternas. He asistido al desmontaje de cada ilusión y cada esperanza y al nacimiento de otras nuevas y más fuertes. He adquirido y despedido amigos entrañables, amores eternos, hogares y castillos. He sonreído, llorado, gritado, reído, he ganado y perdido, he vivido solo entre multitudes y he estado siempre acompañado en mis soledades. Me he sentido amado y odiado, querido, deseado, rechazado... He perseguido siempre sueños y quimeras, he puesto empeños y esfuerzos y casi nunca las he alcanzado. El principio va estando lejano, el camino recorrido ya es largo y profundo lo olvidado en cada curva y en cada bache. En cada esquina voy dejando parte de mi equipaje y mi mochila cada día es más ligera. Repetiría mucho, cambiaría quizá más, conocería otras experiencias y otras vidas. Espero poco, confío menos y todo está por venir. Ignoro la longitud de la senda, lo necesario para el camino, las piedras con las que tropezaré y las manos que me ayudarán, tal vez, a mantener el equilibrio. Ando. Día a día.


(*) Frase extraída de aquí