miércoles

Hambre y ganas de... sexo

Hola. 

Encantado de tener la oportunidad de comunicarme con vosotros a través de este blog. Espero que nos podamos encontrar por aquí con frecuencia (si me dejan...) Lo primero, una cosita, para que nos entendamos en el futuro, ya que espero que sigáis leyéndonos en ocasiones posteriores, tenemos que dejar clara una cosa. Desde hoy mismo, desde ya y así no habrá malentendidos:

El sexo. Cómo percibimos el sexo, su concepto y necesidad, la forma de afrontarlo por hombres y mujeres. No es lo mismo, ni parecido... Es radicalmente distinto. Y eso crea un montón de problemas, de malentendidos, de agravios y de incomprensiones.

Cómo leía hace unos días en twitter y evidentemente dirigido a los hombres,  "Si quieres conocer un poco más a las mujeres, cómo sienten,  imagina por un momento que puedes tener sexo sólo con decir <quiero tener sexo contigo>. Bien, si has podido hacerlo, ahora las puedes entender un poco mejor". ( ¿De verdad has podido imaginar como puede ser eso?...)

Psssshhhhh. Silencio. Esas que protestan, que esperen un momento que se lo voy a intentar explicar con un ejemplo.

 Veamos. La actitud de las mujeres con respecto al sexo es como las que tienen las europeas con respecto a la comida. Siempre hay algo en la nevera. Siempre saben que pueden comer. No hay, por tanto, ansiedad ni verdadero hambre, como mucho, apetito. Quizás lo que tengan en la despensa no sea lo que quieren comer, ni lo que más les gusta, ni lo que les apetece en ese momento. Incluso puede que no les guste. Pero no van a pasar hambre. Y lo saben. Entonces pasan a otro nivel. Una vez cubierta la necesidad básica, entramos en el campo de las diferentes dietas, de los gourmets, de los buenos vinos, de los restaurantes de moda y los chefs elitistas. Se escoge, se puede pasar hambre, por propia voluntad, para perder unos kilos, se elige cuidadosamente qué se va a comer...


Pero los hombres son mejor como los subsaharianos. Saben que han comido ayer. Pero no tienen idea de cuándo van a poder volver a comer. Tengan hambre o no, de unos días o de mucho tiempo, el comer no depende de ellos. Por eso, cuando tienen la oportunidad, comen. Cualquier cosa. Aunque no sea sabroso, aunque no les guste, incluso. El instinto te obliga a comer, lo que sea pero comer,  porque... ni idea de cuando será la siguiente comida.¿Dietas? ¿Vinos exquisitos? ¿Platos de gourmet? Por supuesto que les gustan, se supone, porque la mayoría no los han podido probar. Aunque por supuesto hay algunos hombres que por altos, guapos, ricos, famosos o poderosos, pueden comer lo que quieran y cuando quieran. Y además, luego, en otra categoría, Julio Iglesias.

Hombres, no critiquéis a las mujeres por ser selectivas. No pasan hambre, salvo por elección y porque desean escoger el plato a tomar. No hay ansiedad ni les acucia el dolor de estómago.

Mujeres, no critiquéis a los hombres por pensar siempre en comer. Cuando se tiene hambre, no se puede pensar en otra cosa. Dadles de comer, tenedlos bien alimentados y luego podéis hablar, si queréis, de todo tipo de refinamientos o del "sursum corda". 

Hasta ese momento cada vez que os vean se imaginarán, tipo dibujos animados, un pollo asado, humeante, en un plato con su salsita y patatas.



6 comentarios:

Dina dijo...

Bienvenido, Hammerman.
En parte tienes razón y en parte no tienes razón.
Hay hombres que tienen la nevera llena de sabrosa comida y ellos mismos les ponen un candado por su "saber" estar.
Existen mujeres que se llevarían a la boca cualquier chusco de pan duro pero, por sistema, siempre hay alguien que se les adelanta.
Y también tenemos a hombres y mujeres que prefieren la calidad a la cantidad... no se conforman con cualquier cosa y saben esperar, saben ser selectivos... hasta que llega algo digno de abrir una buena botella de vino.
Nunca ha sido bueno generalizar

Hammerman dijo...

Hummm... Creo que no me he explicado bien.
Casi todos preferimos la calidad a la cantidad... siempre y cuando se pueda comer. Con la tripa llena, se escoge, si. Pero solo algunos privilegiados pueden comer siempre que quieran.
Las mujeres, sino comen más a menudo, es porque no les apetece el menú. Pero poder... sin duda pueden.

Dina dijo...

Hammer, no es por tocar los bemoles pero... no es bueno generalizar... yo he estado con el estómago vacío, el menú que me apetecía sobre la mesa y una vitrina por medio que no me ha dejado hincarle el diente

Hammerman dijo...

¿De verdad no quieres entender lo que digo? Vamos a ver.Tú, con el estómago vacío, lo que te apetece..etc.Pero entonces vas y te largas a tomar una cerveza y al primero que te "entra" o al que pase que no esté desagradablemente mal, le dices "¿Nos vamos a tu casa a echar un ratito?"
¿Y que pasa? Que comes cuando quieres

Hammerman dijo...

...y si yo hago eso...
seguramente una torta. O una denuncia. O unas risas.
Tú, como mucho lo tienes que decir un par de veces. Yo...seguramente me vuelvo solo.
Ahora, si quieres escoger y tiene que ser precisamente el de la vitrina... eso ya es de gourmet

Dina dijo...

Hammer, amos a ver, criaturica... lo que haces por no darme razón (que sabes que la tengo :) )

Nunca fue tan fácil, como hoy en día, obtener sexo... siempre y cuando no se le dé demasiado importancia a la "calidad" del envoltorio.

A fecha de hoy ya no sólo se liga en las barras de un bar o en la biblioteca o a la salida de misa o esperando el metro... Las nuevas tecnologías han facilitado, enormemente, el sexo por el sexo: tienes chats dedicados al sexo, tienes páginas de contactos, existen redes sociales... salvo que seas una persona desagradable hoy el que no folla (hablando mal y pronto) es porque no quiere.

Pero, reconozcamos, que aunque el sexo por sexo tiene su punto llega un momento (seamos conscientes de ello o no) que lo que nos apetece es compartir algo más... que nos apetece tener sexo por sexo pero con una persona que nos llene en otros sentidos... y en esto radica el problema, en si todavía se esta en el estadio de "sexo por sexo" o se ha pasado a la etapa de "sexo con algo mas"... y que la persona que tienes frente a ti coincida en tu etapa (o tu en la de ella)

Aaaaaaaaaaaah, y yo no le entro al primero... ni al segundo... ni al quincuagésimo octavo... yo jamas le entro a nadie