jueves

¿Vivir más que todos los demás?

Una noticia oída la otra mañana en el atasco, me ha hecho reflexionar durante un rato, en plan algo morbosillo. Supongo que a lo largo de la semana lo habréis leído u oído en algún medio: María Olivia da Silva, considerada la mujer más vieja de Brasil, cumplió 129 años el sábado, según un documento de identidad donde consta que nació el 28 de febrero de 1880 en la ciudad de Itapetininga (Estado de Sao Paulo).
María Olivia se casó dos veces, tuvo diez hijos, adoptó otros cuatro y, de los 14, aún viven 13. Entre nietos, bisnietos, tataranietos y choznos (*), tiene otros 384 descendientes.

Rápidamente he visto que en varios sitios han enlazado el tema con el actual spot de Coca-cola en el que un mallorquín de 102 años visita a un niño recién nacido dándole consejos para la vida. Es un anuncio muy emotivo y aunque lo hayas visto varias veces es difícil contener la lagrimita traicionera:



Aunque sigan siendo casos aislados, el oír hablar de gente centenaria es cada día menos extraño. Independientemente de que cada cual nos cuente “su secreto de la longevidad” que habitualmente no tiene mucho que ver con el de los demás centenarios, suele parecer gente con unas enormes ganas de vivir. Es lógico pensar que para sobrepasar los 100 haya que tener ganas. Sin embargo, también hay que tener espíritu. Que tú seas centenario no implica, lógicamente, que lo sea la gente de tu alrededor. Ni siquiera tus descendientes, aunque tiendan a ser longevos. Lo normal, al llegar a esa edad, es haber perdido a todos tus ancestros, haberte despedido hace tiempo de todos tus coetáneos, y haber asistido al fallecimiento de gran número de descendientes, comenzando por los propios hijos. Y estar presente en ese goteo de muertes, de ausencias, no debe de ser nada fácil. Supongo que el sentimiento de soledad tiene que ser muy fuerte.
Además, y siempre suponiendo que llegues en perfectas condiciones mentales, los achaques te permitirán hacer cada vez menos cosas por tu cuenta. La conexión con el mundo real, con las nuevas tecnologías, con la evolución del mundo, en general, también se va volviendo más complicada.
Por tanto ¿cuál es el momento adecuado para morir? ¿existe alguno? No creo que nadie sea capaz de responder a esa pregunta, pero debe de existir un día, un punto en el que el atractivo de lo que te puede traer el porvenir tal vez sea nulo. Repito que no lo sé. Pero si llega un momento en que lo único que tienes que hacer es esperar la muerte… No sé, todas las esperas son odiosas. Pero bueno, de momento, cuanto más lejos, mejor. ¿No?

(*)En la sucesión cronológica de los parentescos, el diccionario solamente llega hasta la séptima generación.(…). Y en ese parentesco de la descendencia, se han detenido las definiciones.
La cadena de sucesiones comienza en un señor con su correspondiente señora. Esos son, naturalmente, la primera generación. A continuación viene la segunda generación, que es la de los hijos. Y llega después la tercera, que corresponde a los nietos. (…) A partir de los nietos, la cosa se va complicando, pero también está controlada gramaticalmente. Después de la generación de los nietos sigue la de los biznietos, (…) Llegamos ahora a una generación algo mas difícil de encontrar; la de los tataranietos.(…)
Y aquí es donde llegamos a una frontera que pocos conocen. ¿Saben ustedes qué nombre reciben las dos generaciones que siguen a la de los tataranietos? Porque ambas están perfectamente definidas en el diccionario: al tataranieto le sigue el cuadrinieto; o dicho de otra forma menos conocida, el chozno. Y al chozno le sigue el bichozno. (…)
DE CUANDO EN CUANDO
El chozno
Elcorreodigital
12/2/2009

Ps.: Leo esta información también en la sección sociedad del diario El Nacional (Venezuela) en el cual han adornado la información redactándola así:

"Tuvo diez hijos y adoptó otros cuatro. Trece de ellos han heredado los genes de su madre y continúan con vida, rondando el siglo de vida."

Impresionante sin duda. Esta longeva señora ha conseguido que hasta sus hijos adoptados hereden sus genes. ¡¡Que gran avance biológico!

Reflexión de última hora: “Vive cada uno de tus días como si fuera el último, porque alguno acertarás”.

5 comentarios:

Mónica dijo...

Mi bisabuela se murió a los 105 años y aunque tenía algunos achaques como es normal estaba bastante bien físicamente, dentro de lo que puede estar una mujer de esa edad, claro.
Lo que si puedo decirte que tenía una grandísimas ganas de vivir. Le encantaba tener gente en su casa y todas las tardes jugaba a las cartas con sus amigas.

Me quedo con tu reflexión de última hora.

Un beso

Anónimo dijo...

vive el dia de hoy como que fuera el ultimo por que podria ser hoy el ultimo en verdad, es cierto nadie sabe el momento ni la hora viene y nada mas, aproposito con las generaciones recuerdo que bromeabamos hace años con el parentesco deciamos el tatatatatatataranieto jaja en realidad no sabiamos como nombrarle , definitivamente veo que los 13 heredaron los genes? si 4 eran adoptados, mas bien creo que la alegria de vivir y quizas el modo de alimentarse que juega un papel fundamental saludos muy buen articulo Aspective que pases buen dia despeinada .

Anónimo dijo...

El anuncio IMPRESIONANTE, la primera vez que lo ví me emocioné mucho, será que ya voy para viejo y me estoy volviendo llorón.

Saludos

Conxa dijo...

en cuanto al anuncio es emotivo hasta la medula. Y referente a la señora y a la longrvidad, yo no quisiera ser tan longeva, debe ser terrible enterrar a tus hijos, y a tus mas allegados. De todos modos pienso como tu dices, ¿cuando es el momento oportuno? ni idea, pero supongo que el cansancio de vivir lo notaré.o eso espero.
joerrr que tema !!!

Anónimo dijo...

No hay nada malo en ser longevo si tienes claidad de vida.

Lo malo es que la medicina moderna se basa exclusivamente en alargar la vida de la gente, pero no les da claidad de vida. Y cada vez hay mas personas mayores postrados en camas, o sillas de ruedas, o rigidos como palos por culpa de la enfermedad... y que se tienen que tomar 50 mil pastillas al dia porque si no se mueren. Llegar a la vejes asi, no vale la pena.

Llegar a la vejez pudiendo andar, y estando bien de la cabeza, con los achaques tipicos de la edad, pero bien en general, es un lujo que pocos logran.