martes

Treinta y uno

Cuando miramos las hojas del calendario nos aparecen un montón de números en negro y rojo. Parecen todos iguales. Sin embargo, no lo son. Para cada uno de nosotros algunos de esos números están señalados en nuestro interior de maneras diferentes. Hay fechas que brillan, relucen y destacan sobre el resto, con una luz deslumbrante; son, quizá, las fechas de nacimiento de nuestros hijos, algunos aniversarios especiales…; otras están marcadas a nuestros ojos con un gran círculo rojo para evitar que nos olvidemos de cumpleaños y aniversarios de boda. Hay números neutros que, por compromiso, debemos recordar y otros anodinos.

Pero también hay números impresos en un negro luto, oscuro y triste. Días que te hubiese gustado saltarte y no vivirlos nunca. Sin embargo, por supuesto, están ahí y año tras año van acumulando aniversarios. Son esos días que, cuando se acercan, provocan que las conversaciones tengan lugar en voz más queda, que las ganas de reír se contengan y que la memoria tome un lugar protagonista durante unas horas.

Hoy es, para mí, el aniversario de uno de esos días que no quieres que nunca lleguen.

Llevo treinta y un años ¡treinta y un años ya! sintiendo la tristeza, la ausencia. Siendo consciente del cambio de rumbo en mi vida, de la inmensidad de lo que aquel día perdí para siempre... Desde aquel momento todo fue diferente. La sensación de soledad, de desprotección, de ausencia de referencias, me invadió durante mucho tiempo. La responsabilidad, recién adquirida y nunca buscada, pesó sobre mis hombros como una carga muy gravosa, aumentando la añoranza.

El tiempo es cruel y pasa deprisa. Lleva una bruma, cual tormenta, que nubla tus recuerdos haciéndolos falsos. Cuando intento evocar su cara, me doy cuenta de que lo que veo son las fotografías que conservo. Cada día es más difícil recuperar la memoria genuina y real. He olvidado su voz, he olvidado su risa. Y no quiero. Cada día iré perdiendo un poquito más, por mucho que luche contra ello. El maldito tiempo es inexorable.

Pero nunca se irá del todo porque está en mí. Y está en mis hijos.
Descansa en paz, papá

11 comentarios:

despe dijo...

hola Aspective,te comprendo yo llevo 28 un beso despe

m4n010 dijo...

En abril se cumplienron 25 años de la muerte del mío y no ha pasado un sólo día en el que no me acuerde de él.

Lo más triste es que se fue a morir un día que él llevaba bastante tiempo esperando que llegase y para el que quería organizar una gran fiesta.

No me sale de la cabeza el recuerdo de que justo un año antes de morirse me pedía que le ayudase a organizar esa fiesta para el día 18 de abril de 1.984, día en el que haría 25 años que se casara con mi madre... y ese mismo día falleció con sólo 48 años de edad, los mismos que tengo yo hoy.

De él no se me ha olvidado nada, ni su cara, ni su voz, ni su risa, ni sus gestos.
Dentro de mí sigue tan vivo que parece como que ayer mismo aun estuviese hablando con él, y sin embargo lo echo tanto de menos.

Montse dijo...

Crees que no puedes escucharle reír, pero si que puedes.

Será cuando menos te lo esperes, cuando estés relajado, cuando no estés pensando en ello, cuando esté a punto de llegar el sueño o cuando estés a punto de despertarte. Cuando ya no te acuerdes que querías oírle reír, y entonces una carcajada en tu cabeza resonará y será el mejor regalo, te lo prometo corazón, ya lo verás.

Besitos cielo

Esther dijo...

me has emocionado, pues yo tambien tengo alguno de esos días en el calendario pero no por una persona tan importante como tu, un padre es un padre y yo he estado a punto de perderlo y he vivido esa sensación por momentos.

Te mando un abrazo y muchos besos y espero otro día verte más alegre

JGAV dijo...

¿Qué puedo decir?...

Como dices tú, él está en ti y en tus hijos, está presente en tu recuerdo y es así como sigo vivo.

Yo no tengo una gran confianza con el mío, pero estoy seguro que me pasará lo mismo que a ti.

¡¡UN ABRAZO!!

Anónimo dijo...

Me ha impresionado tu post, mucho. La verdad que se me ha puesto la piel de gallina. No tengo palabras.

SONVAK dijo...

Sabes que sé lo que se siente al perder a alguien muy querido. En mi caso, 5 negros aniversarios. Y la verdad es que mientras escribo esto se me vienen las lágrimas a los ojos, recordándole. Precisamente, esta noche soñé con mi hermano... estaba vivo. Estos sueños son un tesoro para mi.

Un abrazo muuuuuuuuuuuy fuerte!. (SONVAK)

Conxa dijo...

qué difícil es digerirlo, qué difícil asumirlo, y aunque estén en nuestro corazon,sentimientos y pensamientos, lo cierto es que no están, que no les puedes abrazar y oler. Y eso duele. Duele mucho.

Un abrazo.

Grumpy dijo...

que pena...que de coincidencias tengo contigo....mismos años de ausencia....diferente fecha...por algo a mi no me gusta el 14 de febrero....si, duele....duele no acordarse de su voz..de su olor...pero así es la vida y así son las fechas.
te dejo un beso con abrazo y todo!!!

El efecto mariposa... dijo...

Precioso homenaje...

molinos dijo...

iba a decir algo..pero mejor no. ;)