Interesante fragmento de una entrevista al premio nobel de física en 1965, Richard Feynman (1918-1988): "La incertidumbre del conocimiento" (subtitulada)
jueves
viernes
Modelo ¿arquetipo a imitar?
Me estoy haciendo mayor. Es evidente. Cuando noticias como esta me desconciertan, es que ya estás fuera de los tiempos que corren y tu mentalidad se ha quedado atrás.
La/El modelo que se disputan ahora todos los diseñadores para lucir sus creaciones dirigidas al público femenino es... un hombre. Con un aspecto totalmente andrógino, Andrei Pejic, de 19 años se ha metido al mundo de la moda en el bolsillo y ha desfilado en las pasarelas más famosas del mundo, como modelo femenino.
Andrei Pejic, un chico mitad serbio, mitad australiano, delgado, de largas piernas y rasgos dulces, nunca llegó a imaginarse que llegaría a ser el 13 modelo masculino más importante del mundo en casi un año, y mucho menos que llegaría tan alto desfilando como modelo femenino.
Todo comenzó en su primer trabajo en París, cuando la gente empezó a preguntar por una modelo rubia, y cuando descubrieron que en realidad se trataba de un chico, comenzó toda una revolución en el mundo de la moda y en la concepción de la androginia. El modelo además hace un doble trabajo, puesto que gracias a su larga melena rubia, no es la primera vez que desfila dos veces en un mismo desfile: una vez como mujer y otra como hombre.
El diccionario de la RAE, en su primera acepción de la palabra "modelo" nos define: "Arquetipo o punto de referencia para imitarlo o reproducirlo." Pero si esto es lo que hay que "imitar o reproducir" vuelvo a lo que he dicho al principio. Me he quedado pero muy en fuera de juego...
Obsolescencia no programada ni buscada.
Muchas veces aprendo en internet, leyendo vuestros blogs o twitts, viendo vuestros comentarios, sobre aquellas cosas que ni la escuela ni la vida te ha enseñado. O al menos, aquellas de las que no te ha enseñado los "porqués" aunque si hayas visto sus consecuencias.
Llevo un año, un año justo por estas fechas, dándole vueltas a un error que debí de cometer pero que no acertaba a ubicar. Y creo que el post que ha publicado "primaveritis" me puede dar, quizás, la clave.
El post va a continuación de una entrada en la que nos cuenta que acaba de finalizar su relación con el "clavito" su amante del momento, porque él se ha enamorado de ella. Ante un comentario de los lectores, escribe el siguiente post, que considero treméndamente esclarecedor:
"LO QUE ME CONVIENE:
Iba a responder a un comentario del post anterior, pero casi lo desarrollo más,
me decían:
"Tal vez estés perdiendo una gran oportunidad. Me temo que la clase de hombres que te gustan no son los que más te convienen"
Y se supone que esto me tiene que hacer pensar y todo eso, no? pues no, porque es obvio, los hombres que me convienen no son los que me gustan.
O igual no es tan sencillo.
Porque analicemos, los hombres que me convienen...... ¿para que?
Si es para tener compañía sin discusiones, sexo seguro, mimos a mi cuerpo y a mi ego, reparaciones domésticas y ayuda con mi hijo, pues para eso el clavito era perfecto.
El clavito, y mi ex, y el sibarita, y el chico de la pp......... y esos solo de los que conozcáis vosotros, vamos, que oportunidades de estabilizarme y llevar una vida ordenada he tenido muchas.
Pero, ¿eso es lo que me conviene?
Compañía........, yo necesito poca, me gusta estar sola, y la poca que necesito para eso están mis amigos.
Sexo seguro.... mis deditos y el amiguito del cajón hacen las veces estupendamente, incluso mejor.
Mimos...... bueno, mi gata y mi niño cubren mis necesidades de mimos mejor que cualquier hombre pasado el primer semestre.
Reparaciones domésticas... vale, para eso soy bastante desastre, pero hay millones de tipos en las páginas amarillas que te lo arreglan todo a cambio de dinero.
Ayuda con mi hijo..... si un tipo me asegura que lo convierte en el niño más sociable del cole y en el mejor contador de historias, le doy mi cuerpo, mi visa y lo que pida, pero si solo es ir a buscarle al cole y jugar un poco con él mientras yo plancho, pues para eso están la tita y la abu.
Vamos, que necesitar al buen tipo conveniente, pues no lo necesito, ¿que me conviene? ¿que me facilitaría la vida? si..., pero el coste.... ¿cual es el coste de quedarme con un tipo "conveniente"?Pues el coste es no conocer a los tipos inconvenientes, esos tipos que quizás sean emocional o económicamente inestables, o quizás no sepan jugar con los niños, o quizás sean unos desastres en la casa, o incluso quizás sean infieles....... pero que me excitan las neuronas.
Porque al final lo que necesito, lo que me conviene de verdad es un tipo que me excite el cuerpo, pero sobre todo que me excite las neuronas, un tipo que me enseñe otro punto de vista de la vida, alguien con el que aprenda cosas nuevas, que me rete, que me acerque a mis límites, que me haga superarme y moverme. Porque para quedarme en el sofá o hacer lo que quiero hacer ya me basto yo sola.
Lo malo es que esos tipos son difíciles de encontrar."
Bien, creo que ya sé donde está mi error. Soy un tío que conviene. Me dicen, incluso mi ex, que soy un buen, un maravilloso padre. Soy un magnífico amo de casa. Soy..., en fin, el sueño de cualquier suegra de las de antes.
Pero claro, me he olvidado de la mujer de hoy. Represento la tranquilidad, la rutina (aburrida como todas las rutinas) del día a día, quizás incluso la monotonía y el aburrimiento de una vida normal. Pero esa sensación de aventura, de emoción, de sensación de "peligro" no la proporciono yo. Ni llevo a nadie hasta los límites, ni excito cuerpo o neuronas. Simplemente soy un buen tipo, "que conviene".
Y eso no es bueno, ni es bastante hoy en día. Me equivoqué de camino cuando escogí ser "un tipo decente, un tipo conveniente". Y la evolución social y mental de la mujer me ha dejado obsoleto. Ahora lo entiendo. Siempre supe que los "malotes" atraían más, pero confundí el cálculo al pensar que ellas luego buscarían un buen tipo. No, ya no es así. Para obtener todo eso las mujeres ya no necesitan un hombre.
Lástima de tren perdido...
martes
Blues de Cuatro bodas y un Funeral
Del mismo blog de ayer, que se está convirtiendo en uno de mis blogs de cabecera, os traigo el poema de W.H.Auden que se recita en "Cuatro bodas y un funeral" Es una escena que seguro que todos los que hayáis visto la película recodáis, por emotiva.
Yo, aunque he visto la película varias veces, nunca había prestado atención al texto. Me parece hermoso. Una despedida que es casi una renuncia a la vida, un desgarrado grito de añoranza...
Yo, aunque he visto la película varias veces, nunca había prestado atención al texto. Me parece hermoso. Una despedida que es casi una renuncia a la vida, un desgarrado grito de añoranza...
Blues para el funeral
Que se paren los relojes, que se que corte el teléfono,
que el perro a un hueso jugoso ya no le ladre,
que se callen los pianos y con redobles en sordina
venga el ataúd y entren los dolientes.
Que los aeroplanos que gimiendo dan vueltas en lo alto
escriban en el cielo el mensaje: "Él ha muerto",
que pongan pajaritas de papel en los cuellos blancos de las palomas,
que los policías se pongan guantes negros.
Era mi norte, mi sur, mi este y mi oeste,
toda mi semana y mi día de descanso,
mi mediodía, mi medianoche, mi plática, mi canción.
Pensé, y estaba equivocado, que nuestro amor duraría siempre.
Ya no quiero las estrellas. Que las apaguen,
que empaquen la luna y desmantelen el sol.
Que sequen el océano y barran los bosques
porque ya nada de lo que venga habrá de ser bueno.
lunes
Cada mañana
Casi todos los días llevo a mi hijo pequeño, al "peke", al colegio. Nos tragamos un buen atasco que hemos aprendido a rentabilizar. Él desayuna en el coche (también merienda) y comentamos lo que dicen en nuestra radio favorita. Nos reímos juntos y, cuando está suficientemente espabilado, también jugamos a las "palabras encadenadas" o los "números enlazados" que son dos de sus distracciones preferidas para esos ratos que intentamos que no sean perdidos. También me cuenta lo que hace en clase, lo que le pasa... la verdad, son ratos muy agradables.
Pero tenemos que madrugar. Compatibilizar nuestros horarios me obliga a dejarle en el colegio de los primeros, cuando no el primero de todos, una hora antes de comenzar las clases. A él el colegio le encanta. Le gustan sus compañeros, sus amigos, su profesora, la comida y sobre todo, los interminables partidos de fútbol que en cualquier recreo disputan. Luego, es capaz de contarte todas las jugadas con pelos y señales... y algo de imaginación pues siempre es más protagonista que su nivel real de juego :) Pero él es feliz así.
Todas esta obligaciones hacen que vaya cargado como un mulo. Por una lado, la mochila con la agenda, deberes, material de escritura, etc. Por otro, una segunda mochila con todo el equipamiento deportivo correspondiente a ese día. Y por supuesto, el balón. Inseparable balón. Pero como digo, va contento, feliz, ilusionado.
Sin embargo, a esas tempranas horas de la mañana, cuando le dejo solo en el colegio, cargado, caminando hacia su "patio" no puedo sentir un puntito de nostalgia, de culpabilidad, una pequeña sensación de tristeza pues parece tan pequeño, tan desvalido...
Supongo que son los fantasmas de un padre baboso y las pocas ganas de que crezca. Y esa sensación (errónea, lo sé) de querer protegerle de todo. Pero te queda un regustillo amargo, algo irracional, pero...
Pero tenemos que madrugar. Compatibilizar nuestros horarios me obliga a dejarle en el colegio de los primeros, cuando no el primero de todos, una hora antes de comenzar las clases. A él el colegio le encanta. Le gustan sus compañeros, sus amigos, su profesora, la comida y sobre todo, los interminables partidos de fútbol que en cualquier recreo disputan. Luego, es capaz de contarte todas las jugadas con pelos y señales... y algo de imaginación pues siempre es más protagonista que su nivel real de juego :) Pero él es feliz así.
Todas esta obligaciones hacen que vaya cargado como un mulo. Por una lado, la mochila con la agenda, deberes, material de escritura, etc. Por otro, una segunda mochila con todo el equipamiento deportivo correspondiente a ese día. Y por supuesto, el balón. Inseparable balón. Pero como digo, va contento, feliz, ilusionado.
Sin embargo, a esas tempranas horas de la mañana, cuando le dejo solo en el colegio, cargado, caminando hacia su "patio" no puedo sentir un puntito de nostalgia, de culpabilidad, una pequeña sensación de tristeza pues parece tan pequeño, tan desvalido...
Supongo que son los fantasmas de un padre baboso y las pocas ganas de que crezca. Y esa sensación (errónea, lo sé) de querer protegerle de todo. Pero te queda un regustillo amargo, algo irracional, pero...
"El otro lado" por Paloma Bravo
Entre los muchos blogs que me resultan interesantes, demasiados para seguirlos todos de una manera habitual, tienes que escoger aquellos que van a ser los de cabecera, los que vas a leer siempre que publiquen algo. Uno de ellos es "La novia de papá" de la escritora Paloma Bravo, que se autodefine así: Soy madrastra, periodista y autora de “La novia de papá” (Plaza&Janés). Este blog no lo escribo yo, lo escribe Sol Beramendi, la protagonista de mi novela. O sea, que es ficción y, por lo tanto, absolutamente real.
Yo, os recomendaría leerla, pero eso es vuestra decisión, por supuesto. Entretanto, he decidido compartir con vosotros uno de los últimos post publicados. Y los comentarios, que son tan ilustrativos en este caso. El post se llama "El otro lado" y dice así:
"Sol, te escribo desde el otro lado", dice Miguel. "Desde el lado oscuro de la fuerza, desde el lado frágil, desde el lado roto, desde el lado fuerte".
Y me cuenta su historia:
La hija pequeña de Miguel y Teresa, la tercera, tenía un año cuando él empezó a darse cuenta. O, mejor dicho, cuando se dio cuenta de que ya no podía ignorarlo: Teresa era infiel.
Tenía fácil la logística. En un hotel cerca de su oficina, en casa cuando él viajaba, fuera cuando viajaba ella...
Es verdad que llevaban muchos años casados, que ya acumulaban vicios, silencios, rutinas y cargas (la compra, las actividades extraescolares, los deberes...). Perezas.
Todo eso Miguel lo entendía, pero... Pero no conseguía encararla y preguntar. No quería una mentira. Y ella sabe mentir: "es dura, Sol, una ejecutiva con sueldazo. Y no quiero caer en el otro tópico, en el de las mujeres que mandan como hombres. Pero es lo que es: una mujer brillante, bien pagada, con su coche de empresa... Una mujer con más éxito que yo, que la persona con la que se casó".
Y Miguel intentó compensar ese desequilibrio y poner más en el otrolado: en el cole, en la compra, en los médicos... En el otro lado del éxito.
"Quizá me consideraba un fracasado, quizá no soy lo que ella quería, pero habíamos vivido juntos todos esos años, habíamos tenido tres hijos, y nunca se quejó, nunca dijo nada. Podría haberlo hecho. En su trabajo no duda..."
Al final Miguel preguntó y ella mintió. Sabían los dos que estaba mintiendo. Mientras, Miguel confirmaba que su infidelidad tenía nombre desde hacía ya dos años.
Y Miguel empezó a imaginar lo peor: la custodia... Un juez imprevisible y ella peleando a muerte.
Miguel no se atrevía a separarse y se callaba. Se callaba y se quedaba. Se quedaba callado.
Tampoco hablaba ella: no se quería separar, no lo quería arreglar.
Y no lo hablaban, y no lo arreglaban, y lo arrastraban, y lo engordaban.
El silencio creció tanto que ya no cabían todos en la casa y Miguel se fue. Se fue al infierno que había imaginado: peleas, jueces, custodias... Del silencio pasaron a los gritos. De los gritos otra vez al silencio, a la tristeza.
Y Miguel sonríe ahora cuando tiene a los niños con él y calla, triste, cuando no están. Pero al menos ya no le duele todo el cuerpo.
"Aún no soy feliz, Sol, pero estoy más tranquilo, la verdad. Y sé que la felicidad va a llegar. Disfruto de los niños, del deporte, de mi vida y paso mucho tiempo solo, dejando pasar los días. En algún momento dejaré de contarlos y dejarán de pasar, los agarraré y los viviré a fondo. Lo que pasa es que todavía hay muchas veces en que, con el teléfono apagado, los niños con su madre, la casa en silencio, echo de menos nuestra vida. Y sé que lo que añoro no es la vida que tuvimos, sino la vida que soñamos, la que creímos tener..."
Miguel cierra su historia con un dato: "más de 120.000 matrimonios se rompieron en 2010. Más de 240.000 personas. Más de 240.000 tragedias". Y yo discrepo: muchas tragedias, sí, también mucho alivio, mucha mejora, mucha paz, mucho futuro.
También quiero compartir algunos de los comentarios, que me han parecido ilustrativos:
- "Soy un miguel" pq durante 2 años y medio lo he sido. Pero quizas en mi caso, un poco mas cretino, guebon y conformista.Ya han pasado casi 5 meses desde que ella, un dia despues de haber estado juntos en una tienda de muebles sueca, acaramelados, siendo felices y comiendo perritos de un euro, comprandola caprichitos estupidos en esa tienda, al llegar de trabajar yo (ella estudiante mantenida por su familia) me dijera "tenemos que hablar" y 3 minutos despues ya estuviera buscandose piso.Cretino por no verlo venir y creerme a salvo de todo.Guebon, por no reaccionar como un hombre, y callarme y llorar.Conformista por no ser capaz de haberme vengado sentimentalmente.
Miguelon! Asi es como deberia llamarme.
Pero Miguel, si lees esto, ole tus cojones, la vida sigue, preocupate por ser feliz con tus hijos y olvidate del resto.Yo no tengo hijos, pero mi perra me esta salvando la vida. Un abrazo!!" (varón)
Miguelon! Asi es como deberia llamarme.
Pero Miguel, si lees esto, ole tus cojones, la vida sigue, preocupate por ser feliz con tus hijos y olvidate del resto.Yo no tengo hijos, pero mi perra me esta salvando la vida. Un abrazo!!" (varón)
- "Yo también sentí como Miguel el inconsolable dolor de perder lo que podía haber sido y no fue." (varón)
- "Historia de un calzonazos que no valor para pagarle a ella con la misma moneda, ni tuvo valor para sacarle todo el dinero que pudo mientras él estaba casado (era el quien administraba la casa), ni para poner a los críos en su contra (también era el quien se encargaba de ellos), ni para desaparecer y ahorrarse pensiones y gastos de juicio, además, todavía la echa de menos. Patético. No me da ninguna pena, se merece estar como esta." (mujer)
- "Sol, tengo un nudo en la garganta. Creo que soy la ex de Miguel. Y si no lo soy, me parezco mucho. Tengo el mejor esposo de este mundo, pero otro ser me llena la vida de toda la pasión y magia que el tiempo me arranco a pedazos. No tenemos hijos como excusa para no separarnos, para callarnos. Pero aun así, sigo mintiendo y el sigue callando. No quiero herirlo más separándome …o quizás no sé si será el mayor error de mi vida cambiar algo hermoso y seguro por algo incierto, aunque lleno de pasión y mil motivos. El vive con la esperanza de que todo volverá a ser como antes y yo vivo anhelando tener una respuesta del universo, una señal que me indique el camino menos atormentado para todos" (mujer)
Hay más comentarios en el blog, por si os interesan...
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