Estamos en la semana grande de las cenas navideñas de empresa. Ese evento del que lo más inteligente sería escaquearte. Pero como seguramente no puedes, te vamos a recordar, una vez más, unas normas básicas de actuación para sobrevivir el resto del año a esa noche. Lo hemos resumido en un decálogo. Apréndelo bien porque es el padrenuestro en este ámbito:
1.- Una comida, una cena de trabajo, es trabajo, no "momento de alimentarse". Es prioritario prestar más atención a comensales y conversación que a las viandas. Recuerda, tus compañeros de trabajo no son tus amigos. Si lo fuesen, no hablamos entonces de una cena de empresa, si no de la parranda de siempre con la disculpa de la navidad.
2.- Come con frugalidad. Es trabajo. No des imagen de muerto de hambre ni te llenes tanto que luego te cause sopor. No te rías de forma estridente ni a carcajadas. Sonríe, sé amable, pero no des imagen de insustancial. Lo que sucede en estas cenas es recordado mucho mejor y durante mucho más tiempo que cualquier éxito laboral que puedas tener.
3.- Salvo que lo consideres imprescindible, no bebas alcohol. Si quedas mal si no lo haces, bebe sólo un buen vino, un único vaso y alterna con agua. Y sobre todo, recuerda: las copas tras la comida son peligrosas; con el alcohol, los chistes, la digestión… la persona se relaja y larga más de la cuenta… No bebas como si te fuera la vida en ello, recuerda el punto nº 1: los cabrones tendrán tema de conversación durante meses.
4.- Observa las actitudes del resto. Sacarás en claro muchas filias y fobias que no se expresarían en voz alta La información es poder: escucha más que habla. Aprenderás muchas cosas de los demás. Tú habla de temas genéricos y comunes: libros, cine, actualidad... Evita en lo posible la política y la religión. Y el fútbol solo está permitido si todos son del mismo equipo o desde un punto de vista anecdótico y desapasionado. Cuidado si hay mujeres que no sean verdaderas forofas. Cogerás fama de aburrido.
5.- Habla de trabajo, pero no de compañeros concretos. Sé positivo. No murmures ni cuentes chismes. Si lo haces, pensarán que también lo harás de ellos a sus espaldas cuando esas personas no estén presentes. Habla de tus hijos y de situaciones actuales, no de tus amigos de cuando eras pequeño ni de tus padres.
6.- No le entres a tus compañeras de trabajo. Las probabilidades de éxito aumentan conforme van disminuyendo las de salir impune. Además, si te has pasado por el forro el punto nº 3, las guapas pasarán de ti y las feas te acosarán con más ahínco. ¡Cuidado! Olvídate de las aventuras contadas por los compañeros sobre lo acaecido otros años. Son leyendas urbanas. O preludios de divorcios. Piensa que tu pareja está sobreaviso ( ella también va a esas cenas en su empresa) conoce el percal y es capaz de detectar cualquier indicio, por nimio que sea, a tu vuelta a casa. El C.S.I. se creó inspirado en las esposas, recuérdalo. Las únicas aventuras reales las tuvo algún alto directivo con la buenorra de marketing, pero eso no se hizo público. Tranquilo, olvida tus frustraciones y calentones. Ellas siguen siendo el mismo terreno prohibido que el resto de año. Estén bebidas o no. Además, como vemos en el punto siguiente, siempre hay una cámara traicionera lista para joderte la vida.
7.- Evita las pruebas gráficas. Nada de cámaras. Recuerda los puntos anteriores: La foto en el tablón de anuncios con la corbata/gayumbos en la cabeza intentando bailar con ella no le hacen ningún favor a tu futuro laboral. Y un vídeo (ahora TODOS los teléfonos tienen cámara de fotos y vídeo y pueden sacarte en youtube en 10 segundos) difundido de móvil en móvil antes de que tú te enteres siquiera, pueden acabar con tu vida laboral, marital, etc.
8.- No hagas bote para tomar copas. O lo llevas tú o tendrás que beber al ritmo que lleva ese tío que pesa 40 kilos más que tú. Y encima siempre te pillará en el baño cuando se está pidiendo la siguiente ronda y después tendrás que tragarte el garrafón que te toque, echando por tierra el punto nº 3 y poniendo en serio peligro el 6 y el 7.
9.- No cuentes, amparado en un clima de confianza, "secretos" de los demás y mucho menos secretos personales o temas escabrosos de tu pasado. Todo se apunta, se recuerda y se puede volver en tu contra en algún momento. Es mucho más interesante una persona con un pasado "misterioso" que aquella que lo dice todo a la primera. Parece un papagayo. Y no cuentes intimidades de tu vida de pareja. Sucede lo mismo que con los secretos de los demás. Pierdes credibilidad.
10.- Aprende un par de chistes para tenerlos a mano en los postres. Y huye sin despedirte. Llegado el momento, más pronto que tarde, difumínate, apaga el móvil, pilla un taxi y plántate en casa... Ya dirás después que los perdiste, que no te encontrabas bien o que son unos cabrones y se fueron sin ti.
Siguiendo estos sencillos pasos, en enero podrás seguir mirándole la cara a tus compañeros de trabajo e incluso puede que te encuentres en situación de vacilar a alguno de ellos que no ha seguido estas sencillas normas. Luego no digas que no te avisamos...