Vivimos en una especie de atípico futuro tecnológico en el que casi todo lo que disfrutamos hoy en día como avances de la ingeniería humana no existía cuando nacimos. Pero, como decía aquella ya legendaria camiseta, parece como si los científicos nos hubieran mentido: no hay jetpacks para volar de un lado a otro, ni podemos cenar con una píldora, ni usar una mini central nuclear como fuente de energía en el sótano nuestro hogar, ni curar muchas enfermedades.
Personalmente, me conformaría con soluciones mucho más mundanas: prefiero seguir soñando con que dentro de unas décadas los coches vuelen, que si estamos enfermos será fácil reemplazar todos los órganos dañados o que irse una semanita a la Luna será una forma de entretenimiento al alcance de casi cualquiera. Pero los signos cotidianos no parecen apuntar en esa dirección. Y si no, a ver quién es capaz de explicar por qué las más aparentes nimiedades parecen ser retos para los cuales las mayores mentes científicas y los ingenieros de las más grandes empresas todavía no han encontrado solución:
- Nuestros salones están decorados con grandes televisores planos de super-alta resolución… pero las emisiones de TV siguen siendo en baja resolución y cualquier descarga de Internet de mediana calidad o el juego de una vídeoconsola se ve mejor que la propia televisión.
- Hacemos fotografías de máxima calidad con cámaras de ziga-píxeles, todo tipo de efectos y zooms casi imposibles… pero como la mujer de la casa y «guardiana de los recuerdos familiares» no se encargue de imprimirlas en un álbum de papel, dormirán el sueño de los justos en algún disco duro olvidado por ahí.
- Tenemos grabadores de vídeo con discos duros de alta capacidad y DVD-R… pero las guías de programación de las cadenas de televisión simplemente no funcionan, y ni siquiera en los periódicos o webs informativas se puede sacar nada en claro porque las cadenas se pasan el día contraprogramándose unas a otras.
- Los portátiles son ultra-ligeros y ultra-potentes, pero como no tengas un enchufe a mano, a las tres o cuatro horas puedes irte despidiendo de él hasta que encuentres una clavija para recargarlo.
- Las televisiones llevan sonido 5:1 surround, multi-canal, infinitos formatos y hasta se conectan a Internet y YouTube… pero la mayor parte de las películas y series sólo se emiten dobladas y sin subtítulos, así que nada de eso sirve de mucho.
- En el bolsillo podemos llevar iPods de alta capacidad como para guardar cientos y cientos de CD musicales a máxima calidad… pero nos conformamos con MP3s a 192 Kbps o incluso calidades peores (por no hablar de los cutre-auriculares para rematar la faena).
- Hemos diseñado robots increíbles y asombrosos, que son cada vez más inteligentes, pueden hacer equilibrios imposibles,se mueven con inusitada habilidad,salen de laberintos complicados,trepan por los árboles como serpientes,vuelan grácilmente y hasta barren la casa… pero ninguno es capaz de poner un lavaplatos, por no hablar de fregarlos dignamente.
- Diseñamos superordenadores capaces de vencer a los seres humanos al «trivial»… pero por alguna razón nadie ha inventado un vídeo que cualquiera pueda programar.
- Nuestros ordenadores pueden procesar zillones de datos por segundo… pero la forma más eficiente que tenemos de comunicarnos con ellos es escribiendo letra-a-letra sobre un teclado obsoleto diseñado en el siglo XIX.
- Tenemos coches que conducen solos, aparcan solos, se recargan solos, te avisan de los peligros en la carretera y hasta, ¡guau! se pueden guiar con la mente… pero no hay ninguno que te pueda decir dónde hay un sitio libre para aparcar en la calle cuando vas al centro de la ciudad.
- Las mandos a distancia de la tele tienen decenas de botones, iluminación y más potencia de cálculo que todos los cohetes del programa Apolo juntos… pero cambiar de un canal al siguiente para zapear puede demorarse un eternidad del orden de 10 o 20 décimas de segundo.
- Disponemos del más vasto repositorio de conocimientos de la historia de la humanidad, y de la capacidad para encontrar cualquier cosa en microsegundos con un solo clic… y resulta que lo que busca la mayor parte de la gente es «Justin Bieber».
Copiado de Cooking Ideas
Personalmente, me conformaría con soluciones mucho más mundanas: prefiero seguir soñando con que dentro de unas décadas los coches vuelen, que si estamos enfermos será fácil reemplazar todos los órganos dañados o que irse una semanita a la Luna será una forma de entretenimiento al alcance de casi cualquiera. Pero los signos cotidianos no parecen apuntar en esa dirección. Y si no, a ver quién es capaz de explicar por qué las más aparentes nimiedades parecen ser retos para los cuales las mayores mentes científicas y los ingenieros de las más grandes empresas todavía no han encontrado solución:
- Nuestros salones están decorados con grandes televisores planos de super-alta resolución… pero las emisiones de TV siguen siendo en baja resolución y cualquier descarga de Internet de mediana calidad o el juego de una vídeoconsola se ve mejor que la propia televisión.
- Hacemos fotografías de máxima calidad con cámaras de ziga-píxeles, todo tipo de efectos y zooms casi imposibles… pero como la mujer de la casa y «guardiana de los recuerdos familiares» no se encargue de imprimirlas en un álbum de papel, dormirán el sueño de los justos en algún disco duro olvidado por ahí.
- Tenemos grabadores de vídeo con discos duros de alta capacidad y DVD-R… pero las guías de programación de las cadenas de televisión simplemente no funcionan, y ni siquiera en los periódicos o webs informativas se puede sacar nada en claro porque las cadenas se pasan el día contraprogramándose unas a otras.
- Los portátiles son ultra-ligeros y ultra-potentes, pero como no tengas un enchufe a mano, a las tres o cuatro horas puedes irte despidiendo de él hasta que encuentres una clavija para recargarlo.
- Las televisiones llevan sonido 5:1 surround, multi-canal, infinitos formatos y hasta se conectan a Internet y YouTube… pero la mayor parte de las películas y series sólo se emiten dobladas y sin subtítulos, así que nada de eso sirve de mucho.
- En el bolsillo podemos llevar iPods de alta capacidad como para guardar cientos y cientos de CD musicales a máxima calidad… pero nos conformamos con MP3s a 192 Kbps o incluso calidades peores (por no hablar de los cutre-auriculares para rematar la faena).
- Hemos diseñado robots increíbles y asombrosos, que son cada vez más inteligentes, pueden hacer equilibrios imposibles,se mueven con inusitada habilidad,salen de laberintos complicados,trepan por los árboles como serpientes,vuelan grácilmente y hasta barren la casa… pero ninguno es capaz de poner un lavaplatos, por no hablar de fregarlos dignamente.
- Diseñamos superordenadores capaces de vencer a los seres humanos al «trivial»… pero por alguna razón nadie ha inventado un vídeo que cualquiera pueda programar.
- Nuestros ordenadores pueden procesar zillones de datos por segundo… pero la forma más eficiente que tenemos de comunicarnos con ellos es escribiendo letra-a-letra sobre un teclado obsoleto diseñado en el siglo XIX.
- Tenemos coches que conducen solos, aparcan solos, se recargan solos, te avisan de los peligros en la carretera y hasta, ¡guau! se pueden guiar con la mente… pero no hay ninguno que te pueda decir dónde hay un sitio libre para aparcar en la calle cuando vas al centro de la ciudad.
- Las mandos a distancia de la tele tienen decenas de botones, iluminación y más potencia de cálculo que todos los cohetes del programa Apolo juntos… pero cambiar de un canal al siguiente para zapear puede demorarse un eternidad del orden de 10 o 20 décimas de segundo.
- Disponemos del más vasto repositorio de conocimientos de la historia de la humanidad, y de la capacidad para encontrar cualquier cosa en microsegundos con un solo clic… y resulta que lo que busca la mayor parte de la gente es «Justin Bieber».
Copiado de Cooking Ideas
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