miércoles

Cuento de los Reyes magos…. para padres

Me hicieron llegar esta historia, introducción incluida, y reconozco que me encantó y creo que puede llegar a mitigar, en parte, esa desilusión que todos en algún momento sentimos cuando nos confirmaron (pues saber, saber, creo que todos lo sabíamos ya) quienes eran realmente los reyes. Lamentablemente no conozco el autor del texto.

xXx

"Son muchos niños a los que les cuentan por ahí que los reyes magos no existen y son muchos los padres que no saben como explicar este hecho. Es por ello que dejo esta pequeña historia para padres y niños, para que puedan explicarles este hecho con facilidad:

Una vez, una hija, Paloma, preguntó a sus padres:

- Papás, ¿existen los Reyes Magos?

Los padres de Paloma se quedaron mudos, mirándose, intentando descubrir el origen de aquella pregunta.

- ¿Tú que crees, hija?

- No lo sé: que sí y que no. Por un lado me parece que sí que existen porque vosotros no me engañáis, pero como las niñas del Colegio dicen eso…

- Mira, hija, efectivamente son los padres los que ponen los regalos pero…

- ¿Entonces es verdad?- cortó la niña con los ojos humedecidos- ¡Me habéis engañado!

- No, mira, nunca te hemos engañado porque los Reyes Magos sí que existen, respondió el padre cogiendo con sus dos manos la cara de Paloma.

- Entonces no lo entiendo, papá.

- Siéntate, cariño y escucha esta historia que te vamos a contar:

Cuando el niño Dios nació, tres reyes que venían de Oriente guiados por una gran estrella se acercaron al portal para adorarle. Le llevaron regalos en prueba de amor y respeto y el niño se puso tan contento y parecía tan feliz que el más anciano de los reyes, Melchor, dijo:

- ¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño! Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo y ver lo felices que serían.

- Oh, sí! -exclamó Gaspar- Es una buena idea, pero es muy difícil hacer esto. No seremos capaces de poder llegar regalos a tantos millones de niños como hay en el mundo.

Baltasar, el tercero de los reyes, que estaba escuchando a sus dos compañeros con cara de alegría, comentó:

- Es verdad, sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque somos magos, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños. Pero sería tan bonito…

Y el niño Jesús, que desde su pobre cunita parecía escucharles muy atento, sonrió y en ese momento, la voz de Dios se escuchó en el portal:

- Sois muy buenos, queridos reyes, y os agradezco vuestros regalos. Voy a ayudaros a realizar vuestro hermoso deseo. Decidme: ¿Qué necesitáis par poder llevar regalos a todos los niños?

- ¡Oh, señor! -dijeron los tres reyes postrándose de rodillas- Necesitaríamos millones y millones de pajes, casi uno para cada niño, que pudieran llevar al mismo tiempo a todas las casas nuestros regalos... Pero no podemos tener tantos pajes, no existen tantos.

- No os preocupéis por eso – dijo Dios- Yo os voy a dar, no uno, sino dos pajes para cada niño que hay en el mundo. Decidme, ¿no es verdad que los pajes que os gustaría tener deberían querer mucho a los niños?, preguntó Dios.

- Sí, claro, eso es fundamental, asintieron los tres reyes.

- Y, ¿verdad que esos pajes deberían conocer muy bien los deseos de los niños?

- Sí, sí. Eso es lo que exigiríamos a un paje, respondieron cada vez más entusiasmados los tres.

- Pues decidme, queridos reyes: ¿hay alguien que quiera más a los niños y los conozca mejor que sus propios padres? Puesto que así lo habéis querido y para que en nombre de los tres reyes de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos regalos, Yo, ordeno que en Navidad, conmemorando estos momentos, todos los padres se conviertan en vuestros pajes, y que en vuestro nombre, y de vuestra parte, regalen a sus hijos los regalos que deseen. También ordeno que, mientras los niños sean pequeños se haga como si la hicieran los propios Reyes Magos. Y cuando los niños sean suficientemente mayores para entender esto, los padres les contarán esta historia y a partir de entonces, y en todas las Navidades, los niños también harán regalos a sus padres en prueba de su cariño. Y, alrededor del Belén, recordarán que gracias a los tres Reyes Magos todos somos más felices.


Cuando acabaron con su explicación Paloma se levantó y dando un beso a sus padres les dijo:

- Ahora sí que lo he entendido todo, papás. Y estoy muy contenta de saber que me queréis y que no me habéis engañado.

Y todos se abrazaron mientras, a buen seguro, desde el cielo, tres Reyes Magos contemplaban la escena tremendamente satisfechos.

Bueno, no sé si será porque estoy ñoño o qué, pero reconozco que la historia me hizo aflorar alguna lágrima furtiva (de esas que peleas como loco para que no desborde el ojo y resbale por la mejilla...)Creo que así es como le confimaré a mi hijo el tema de los reyes magos cuando llegue el momento. Le contaré esta historia, sí.

2 comentarios:

Dina dijo...

Chiqui, m'a encantau... jo... yo aún recuerdo como me enteré (y como se lo oculte a mis padres, por supuesto... los regalos podían correr peligro ese año), ójala me lo hubieran contando de esta manera.
Con tu permiso comparto tu post.

Niebla dijo...

Creo que es una gran historia. ¡Ojala la hubiera conocido cuando me tocó el mal trago con mis hijos!