Llevamos toda la vida equivocados. Encendiendo velitas, poniendo música chill, luz de ambiente suave, y todo eso que entendemos habitualmente por entorno “romántico” con el único e inconfesable fin que tienes en mente (no lo voy a especificar yo ahora, por si acaso) y resulta que ayer Pablo Motos, en su “El Hormiguero”, nos dice que no, que ese no es el camino.
Bueno de que no era el camino ya me había yo dado cuenta dado mi índice de éxitos, pero no sabía que el error era el “sistema”. Pensaba que era yo, con mis feromonas, las que no funcionaban. Pero no, no era eso.
Al parecer, el camino es la montaña rusa, los deportes extremos o cualquier otro disparador de la adrenalina. ¿Que por qué?
Según la explicación de El Hormiguero, la excitación sexual provoca en nuestro cuerpo unas reacciones físicas muy similares a las producidas por situaciones de riesgo o peligro. Cuando por causa de una de estas últimas circunstancias la adrenalina se dispara, nuestro cuerpo “reconoce e identifica” esa reacción como una excitación sexual (recordemos, idénticos síntomas) y esta se orienta hacia la persona que está a nuestro lado. Resultado: excitación sexual, provocada por el peligro y volcada hacia nuestro compañero/a.
Así que ya sabéis. Es más fácil acabar en la cama de la persona deseada pasando por el Parque de Atracciones que por una cara cena.
Y a todo esto: los de la publicidad del Parque de Atracciones sin enterarse. El filón que se están perdiendo. Ya me imagino algunos titulares: “Alcance el clímax… en la montaña rusa”. “El pasaje del terror, el mejor camino al amor”. “Boca abajo, boca arriba, de espaldas; todas las posturas ... en las atracciones del Parque ”. Y así todo lo que se os ocurra.
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