lunes

C.S.I. Dondesea (por ejemplo)

Hay cosas que es mejor que se queden en las películas o series de TV. Puede ser muy interesantes de ver pero si te toca vivirlas en la realidad pueden ser muy fastidiosas o decepcionantes.

Hace unos días sufrí un intento de robo en un local. Nada nuevo pues a estas alturas ya estoy acostumbrado. Que la alarma sonara a las 5 de la mañana y te hicieran saltar de la cama como un resorte, pues eso, jodido, con sueño, pero normal. En fin, que te tiras de la cama y llegas a la “escena de crimen” y empieza todo el rollo: identificación, acceso al local, comprobación de los daños, llamada al seguro… ¡¡Y esta vez hasta había un detenido!!

La novedad empieza cuando te avisan que te van a enviar a la “Policía Científica”. ¡Coño, con la ilusión que me haría conocer a Grissom o incluso a Horatio!. Los C.S.I. en mi local y yo con estos pelos… Era una mañana tranquila de sábado y me dispuse a esperar la aparición de estos profesionales con expectación, sintiéndome un poco protagonista, y recordando los mejores momentos de estas series de las que soy acérrimo seguidor.


Con algo, bastante, retraso sobre el horario que me habían anunciado, aparecieron dos varones vestidos con total normalidad. Es decir, ni llevaban chalecos con la identificación de Policía científica, ni gorras, placas, pistolas y mucho menos esos monos espectaculares con gorrito de ducha para cuando temen que haya contaminación químico-biológica. Vamos que como cualquier vecino de usted en el metro. Eso si, llevaban un maletín, como de fontanero, que tu suponías que contenía todos los reactivos que hacen que al pasar un bastoncillo por distintos fluidos, el bastoncillo se vaya de fiesta y parezca el arco iris, tomando los colores más diversos. La decepción cuando lo abrieron fue enorme: papeles, más papeles, bolígrafos (la burocracia todo lo corrompe), unos guantes de jardinero (lo juro por mis niños, en lugar de llevar esos guantes blancos, quirúrgicos, de látex, que siempre vemos, llevaban unos de jardinero, de los usados para agarrar sin miedo los rosales).


Comenzaron a identificar las pruebas colocándoles etiquetas adhesivas por orden alfabético, para fotografiarlas. El problema surge cuando en la letra C, se les acaba el abecedario lógico y tienen que continuar con la G. Uno de los dos, simpáticos ellos, me miró y a modo de excuso me explicó “es que ayer le dejé el maletín a un compañero y es que no te puedes fiar de nadie…” Y tú le consuelas “no, si eso pasa en todos los lados”. El hombre, ya mosqueado, se puso a revolver en el maletín y con profundo cabreo exclamó “nada, tampoco hay cinta para cadáveres” (bueno, piensas, pues que les pongan un CD si no hay cinta y además, aquí lo que tenemos es un cristal roto, que de muertos ni uno).


El compañero, el de las fotos, continuaba impertérrito a lo suyo y comenzó analizar las gotas de sangre. ¡¡Al fin sacó un bastoncillo de los oídos y lo pasó por las gotas rojas del suelo, le agregó un líquido de una botellita y saltaron todos de contentos: “es sangre, es sangre”. Hombre, a simple vista te puedes equivocar claro, pero dada la raja que llevaba en el muslo el detenido tampoco me pareció tan raro. Lo que sí me pareció extraño es el proceso de las huellas digitales. Tomó, efectivamente, un pincel que impregnó de polvos y se puso a sacudir todas las superficies: cristales, mesas, sillas, caja registradora… ¡¡Y no encontró ni una!! Vamos a ver, que limpiar habíamos limpiado, pero que no queden huellas en las mesas ni en la caja registradora de un bar… En fin.


La realidad, como siempre, es más decepcionante que las películas. Seguiré sentado los lunes viendo a Grissom y a Horatio dejándome llevar por la fantasía.

2 comentarios:

Montse dijo...

En mi caso aparecieron con unos "polvitos negros" y dejaron el despacho como si hubieran deshollinado la chimenea, menos mal que encontraron huellas y por ellas al causante. Pero, efectivamente, el trajecito blanco de plástico, los guantes quirúrgicos y todo el resto, brillaron por su ausencia.

Saludos de otra que se quedó sin ver a los CSI en acción, jejejeje.

Kupfernikel dijo...

Hola. Soy kupfernikel. Hice un curso en la facultad de Quimica Analítica aplicada a la Criminalística y no veas... la tele no tiene nada que ver (ahora, eso sí, le dio mucha promoción a la profesión)

Me parece excesivo el despliegue de medios que hicieron para obtener un resultado nimio... Espero que por lo menos el seguro te respondiera bien, y que las pruebas periciales sirvieran de algo.

Un saludo.