sábado

Examen de filosofía

Llevo un rato mirando la pantalla del ordenador. He leído las últimas entradas de los blogs amigos. He participado en los comentarios y he visto los suyos. Sigo mirando la pantalla del ordenador. Me apetece contar algo. Continuo mirando la pantalla....
No se me ocurre absolutamente nada. O sí, pero no es el momento, o no es el tema o estoy terriblemente vago. O algo, vamos. Así que recurro a los viejos correos:


Examen de filosofía:

Un profesor de filosofía entra en clase para hacer el examen final a sus alumnos. Poniendo la silla encima de la mesa dice a la clase:

- Usando cualquier conocimiento aplicable que hayan aprendido durante este curso, demuéstrenme que esta silla no existe.

Todos los alumnos se ponen a la tarea, utilizando sus lápices y gomas de borrar, aventurándose en argumentos para probar que la silla no existe. Pero un alumno, después de escribir rápidamente su respuesta, entrega su examen ante el asombro de sus compañeros.

Cuando pasan unos días y entregan las notas finales, ante la estupefacción de todos, el alumno que entregó su examen en 30 segundos obtiene la mejor calificación.

Su respuesta fue: “¿Qué silla?”

Como solución me parece excelente: resuelve el problema, directa, corta, con poco trabajo, económica e indiscutible.

5 comentarios:

María Marín dijo...

Que bueno! es una de las mejores que he escuchado en tiempo. Se la tengo que contar a mi primo que es un aficionado a estas cosas.
Me marcho a dormir, que tengo también mucho rato mirando la pantalla.
Besotes! buen fin de semana!

Anónimo dijo...

que viejo correo? que examen de filosofia? jajajaja excelente entrada en el momento de que lei sobre la entrega yo tambien me puse a pensar y si que fue conciso y al grano un beso que pases buenas noches la despe.

Mónica dijo...

Excelente entrada. A mi me encantan este tipo de cosas. De hecho creo recordar que tengo un libro por ahí... a ver si lo busco.

Besos

Juan Luis Sánchez dijo...

Yo creo que intenté poner antes un comentario, pero no me sale, no lo voy. No sé si existe, como el protagonista de la anécdota que cuentas no sabe si existe la silla. Decía que hará carrera en el campo de la filosofía y luego que por mi parte 'antes muerta que sin silla'.

Un abrazo, tío.

Anónimo dijo...

El alumno, claramente, se merecía la nota por su ingenio y picardía. Me parece que el alumno ilustra la diferencia entre "listo" e inteligente". El alumno era listo y los listos sobreviven en este mundo.
Me rcuerda mucho la anecdota del entrevistador que preguntaba a todo el mundo ¿cuanto es 1 + 1? y todos le contestaban "pues.... 2" y el puesto de trabajo lo consigió cuando, despues de cerrar todas las ventas y puertas se acercó y le dijo al oido ¿cuanto quiere Ud. que sea?

Un abrazo,

Esteban